El viernes por la noche estaba prevista la apertura de una exposición colectiva integrada por argentinos y chilenos, pero debido a una negativa de entrada en nuestra Aduana, los artistas trasandinos -junto a sus obras- quedaron del otro lado de la Cordillera.
Rampulla manifestó que “no entendemos qué pudo haber pasado porque los pintores tenían todos los papeles en regla, incluso los que acreditaban la autoría de los cuadros que iban a traer a Villa María”. Por su parte, el director de Patrimonio, Hugo Las Heras, acotó que posiblemente el paro desarrollado días atrás pudo haber afectado la labor de los agentes aduaneros.
“Maltratados verbalmente”
Asimismo, Rampulla agregó que la diputada Nora Bedano “trató de interceder para que le permitieran el ingresar pero no fue posible”.
“Hasta último momento los artistas chilenos estuvieron esperando en un pueblito a 200 km de la Aduana para saber si podían entrar o no. Fue lamentable, porque además fueron maltratados verbalmente”, apuntó la titular de la asociación.
Por su parte, Laura Mabel Stagnaro, como representante de los artistas argentinos, comentó la fundamentación del proyecto que se ligaba a “romper con algunos de los problemas que tenemos entre ambos países a través de la amistad y el arte”. El grupo, que se completa con Susana Pairuna de Colonia Caroya y Sergio López de Deán Funes, agradeció al museo por la posibilidad de exhibir sus obras y por las denodadas gestiones para sortear las trabas aduaneras. Como una suerte de repudio a la situación, se colocó un bastidor con signos de pregunta y los nombres de los tres chilenos ausentes debajo: Rafael Ruz Valencia, Rubén Alejandro Scheneider Weisser y Tessie Bujes Rojas.
La velada también contó con un taller de mandalas y la presentación del poemario “Colores de luz” a cargo de la escritora María Luz de Vedia, madre de la artista plástica local Cecilia Orso.