Como el año pasado, el poderoso seleccionado de la capital provincial se quedó otra vez con el título en la Sub 17 al vencer por 2 a 0 al seleccionado villamariense, en una final que tuvo un cierre lamentable, con agresiones entre jugadores de ambos seleccionados.
Una verdad futbolística se registró en el campo de juego de Plaza Ocampo, ya que más allá del notable esfuerzo y el ímpetu que mostraron los juveniles de nuestra liga en el complemento, el triunfo cordobés fue totalmente justo, marcando en el primer tiempo supremacías en lo futbolístico y en el ritmo de competencia.
Es que, en el primer período, desde el primer minuto, se notó que la visita estaba muy enchufada. Con tres atacantes endiablados y una sobria actuación de su mediocampo, Córdoba se instaló rápidamente en campo rival y sorprendió, con velocidad, habilidad y potencia ofensiva, al conjunto local, que tuvo que debió soportar, con esfuerzo y corazón, principalmente, esa supremacía.
A los 10’, después de una par de chances claras, se abrió el marcador a favor de los cordobeses, cuando Cristian Pavón (la figura) llegó al fondo y definió sutilmente ante la estirada de Becco, la pelota dio en el palo y apareció en el rebote Facundo Ponzio para marcar. Ahí nomás, y reflejando la gran confianza del elenco cordobés, Fazzio sorprendió a todos y casi factura de mitad de cancha.
Con los minutos y después del furioso arranque rival, los chicos villamarienses pudieron entrar en el partido (fue productivo el cambio posicional de Morellato), aunque hubo imprecisiones y, sin poder contar con tenencia del balón, fue importante la labor de la última línea villamariense para mantener la mínima ventaja.
Ya en el complemento, Córdoba retrocedió y fue el anfitrión que, con mucha enjundia y corazón, emparejó el partido y comenzó a insinuar algo en ataque, aunque sin lastimar a la segura última línea rival y sufriendo, cierta vez, ante cada réplica de los veloces atacantes cordobeses.
Aunque el esfuerzo notable le permitió, a los 36’, casi llegar al empate, pero el cabezazo de Morellato encontró una mejor respuesta del arquero Sánchez, y desde allí surgió la réplica para que Pavón picara en soledad (todo Villa María estaba posicionada en ataque), anote el segundo y cerrara el partido.
Escándalo
En lo que pretendía ser una fiesta del fútbol juvenil provincial, todo concluyó de la peor manera. Es que, en el cierre del partido y tras un penal a favor de la visita que nunca llegó a rematarse, los jugadores de ambos seleccionados se agredieron a golpes de puños en pleno campo de juego (también se vio la participación de un mayor que integraba el cuerpo técnico del seleccionado cordobés).
Ante esto, el referí optó por finalizar el cotejo, por lo que de a poco los ánimos se fueron tranquilizando (hubo rápida acción de los mayores), aunque después se registró otro incidente en las inmediaciones a la única puerta que se habilitó ayer la “Placita”.
Y todo, entonces, finalizó con ambos equipos obteniendo las premiaciones sin la presencia del público. Por un lado, los jóvenes de Villa María receptando la Copa y las medallas por el subcampeonato, a la vez que los cordobeses celebrando el título y con el gesto elogioso de los juveniles locales de aplaudir dicho momento.
Así, además, se cerró un torneo Provincial errático, extenso y muy “problemático” en su organización.
Canals festejó en la Sub 15
La Liga de Canals, en la primera final jugada en Plaza Ocampo, obtuvo un histórico título al vencer por 1-0 a la Liga Cordobesa, gracias al gol que marcó, a los 13 minutos del primer tiempo, el delantero Juan Puga.
Fue positivo lo que mostró Canals (que eliminó a semifinales a Villa María en una increíble definición por penales) en el primer período y, el trabajo realizado, le permitió irse al descanso con ventaja.
En el complemento, Córdoba buscó con todas las variantes posibles arribar al empate aunque, en sus chances, se encontró con un seguro Marcelo Miño, el arquero estrella de la liga canalense. Entonces, tras el silbatazo final, llegó el festejo inolvidable y la marcada felicidad de los juveniles (y los familiares que se llegaron a la ciudad) del sudeste cordobés.