Escribe
Silvina Scaglia, Lic. en Nutrición

¿Por qué soy gordo? Esta es una pregunta frecuente de escuchar en la consulta y no siempre es simple su respuesta.
La obesidad, como dijimos en encuentros anteriores es una enfermedad multicausal donde tanto los factores genéticos como nuestros propios hábitos y el entorno tienen importancia en el desarrollo de esta afección.
La falta de un plan ordenado de alimentación es uno de los factores promotores de la obesidad, de esta manera se realizan dietas inadecuadas que con el tiempo terminan agregando kilos a la silueta.
Ya en la década del cuarenta se tomó conciencia de la importancia que tienen para la salud esos kilitos de más dentro del organismo.
Según su distribución, podemos clasificar dos principales tipos de obesidad.
En el hombre el exceso de grasa se deposita predominantemente en el abdomen y el tronco (obesidad androide), cuya forma se compara con una manzana. El riesgo de contraer enfermedades es alto, los trastornos más comunes son hipertensión arterial, diabetes y ateroesclerosis.
En la mujer, la grasa se deposita preponderantemente en muslos, glúteos y cadera (obesidad ginoide), que recuerda la forma de una pera. El problema estético de la mujer reside allí, aunque presenta menor riesgo de enfermedades asociadas. También es cierto que este tipo de obesidad es de más difícil tratamiento.
Debemos consumir alimentos sanos que no son tan ricos, pero que brindan ventajas a la hora de mirarnos al espejo, el objetivo principal es modificar nuestros hábitos de alimentación sin someternos a dietas o regímenes estrictos.
Hasta la próxima...