SSi bien Pino y Diseño tiene ocho años de vida, la familia que está al frente de la empresa viene desarrollando el oficio de carpintero desde principios del Siglo XX.
“Esta es una empresa que viene de tres generaciones, mi abuelo, mi papá y yo”, explica Emilio Gómez, titular de la firma.
“Mi abuelo paterno era español, se radicó en Villa María y empezó con la carpintería fabricando aberturas, alrededor del año 1900. Fue una de las primeras carpinterías de Villa María. Mi abuelo hacía esas aberturas altas, con achuelado, que es esa especie de tallado hecho con una gubia, y fabricó las aberturas del hospital, entre las de muchas otras instituciones”, recuerda.
“La carpintería donde se inició mi abuelo estaba situada en la calle La Rioja 1449. En ese mismo lugar después siguió funcionando la Carpintería San José, a cargo de mi papá, Juan Gómez, y de mi tío José, quienes también fabricaban aberturas y algo de muebles. Luego mi papá quedó solo y yo me incorporé en el año 1984 a fabricar muebles de algarrobo”, precisa.
“Yo nunca fabriqué aberturas, durante 18 años hice muebles de algarrobo. Un amigo me llevó a eso porque me lo propuso después de trabajar en un negocio en el que se hacían muebles de cocina. Es increíble, pero no aprendí el oficio con mi papá, aprendí mirando porque tengo ese don”, asegura Gómez.
“Algún asesoramiento le pedía porque compartíamos el lugar de trabajo, el mismo local, y mientras ya trabajaba en muebles de algarrobo, mi papá seguía con lo suyo, con las aberturas”, señala.
Del algarrobo al
pino
Emilio cuenta que después eso se terminó y comenzó a trabajar con madera de pino.
“Hace ocho años cambié porque el algarrobo era difícil de conseguir, era muy caro, y empecé a hacer muebles de pino en el local actual, ubicado en Bolívar y Porfirio Seppey del barrio San Justo”, afirma.
“Al principio odiaba al pino, porque no tiene nada que ver una madera con la otra, el algarrobo es una madera más noble. Cuando me inicié, el pino no venía seco, tenía nudos. Con los años me fui perfeccionando y ahora trabajo una línea de pino que está secado en horno, sin nudos, y sigo manteniendo la calidad del mueble de algarrobo”, confiesa Gómez.
“Las máquinas de la carpintería de mi abuelo fueron traídas de Europa a principio del Siglo XX y yo todavía las sigo usando. Son máquinas de fundición, pesadas, que funcionan perfectamente”, indica.
Pino y Diseño se dedica a la fabricación y venta de muebles de pino, ofreciendo más de 100 productos que se fabrican en serie y a medida, ya que provee a mayoristas y a la vez vende a clientes particulares que desean comprar directo de fábrica.
El proceso de acabado de los muebles es con tintes con diferentes tonos de madera (cedro, roble, algarrobo) y con cera arriba, que le da un terminado semimate. Además, hay otros acabados, como el lustrado, que se hacen a pedido.
Gómez aclara que la madera “no se puede dejar natural porque se envejece y cambia de color”.
También especifica que el pino misionero es el mejor que hay en el país y que secado en horno es lo máximo en calidad, ya que “el pino secado de horno hace que la madera no se mueva y se deforme”.
“Lo que más fabrico son amoblamientos de cocina para los departamentos, porque la demanda es pareja todo el año, en cambio los demás artículos tienen una venta fluctuante porque no son constantes los pedidos”, sostiene.
También está la opción de comprar ahí mismo la piedra para el amoblamiento de cocina.
En cuanto a la aceptación que tiene este tipo de muebles, considera que “el tema del pino está muy manoseado, porque la gente piensa que es de mala calidad”.
“El pino no es una madera mala, hay distintas calidades de pino y hay de muy buena calidad, como con la que yo fabrico”, aclara Gómez.
“Además, es la madera del futuro porque se reforesta y crece en pocos años, es la más rápida en crecer para cortarse. Se ha deforestado de una manera tan incontrolable, que es muy difícil conseguir otro tipo de madera”, explica.
“En muebles hay mucha competencia y la gente tiene muchas opciones, una forma de atraer al cliente es hacerle ver la calidad del mueble que fabrico. La carpintería es un trabajo ingrato porque no se valora la mano de obra que tiene. Este es un trabajo artesanal y para hacer un cajón hay que realizar cinco movimientos de distintas máquinas”, precisa.
“La gente viene, prueba y compara, ve que el mueble es todo de madera. Lo que se lleva está a la vista, es bueno y no va a tener problemas. Además, estamos acá para solucionar cualquier reclamo o cambio”, asegura.
“Yo trato de hacer lo mejor para que ese cliente se quede conforme y vuelva. Y acá el cliente vuelve”, dice para finalizar.
Pino y Diseño trabaja con cheques y tarjetas de crédito, además, realiza la instalación del amoblamiento sin cargo.
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