Bajo la premisa “Alianzas: cocreación, acción y resultados” se llevó a cabo el foro organizado por la semillera Syngenta, para analizar las posibilidades de la agricultura, no ya desde el aspecto técnico, sino estratégico.
Las palabras de apertura estuvieron a cargo de Antonio Aracre, presidente de Syngenta para Latinoamérica Sur y director regional de América Latina, quién instó a la audiencia a reflexionar sobre las alianzas y su rol en el desarrollo sustentable, resaltando la importancia del trabajo conjunto entre instituciones, organismos gubernamentales y el sector empresario, para promover una agricultura sustentable y sostenible.
A su turno, Martín Lema, director de Biotecnología del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, manifestó que “en los últimos tres años, desde que la Secretaría pasó a Ministerio, se aprobaron tantos eventos tecnológicos como en los 18 años anteriores. Estamos comprometidos con la producción sustentable” y resaltó que “para nosotros, el cuidado de la bioseguridad es la prioridad”.
Por su parte, Bernardo Toro, asesor de la Presidencia de la Fundación Avina, expuso acerca de la importancia en la articulación de alianzas y la ética. En este sentido, afirmó que “la única razón de ser de las alianzas del Estado con la sociedad civil y las empresas privadas es hacer posible la dignidad humana; esto quiere decir que todas las alianzas deben tener un proyecto ético que dignifiquen a los seres humanos, si queremos que sea sustentable. No existe ninguna posibilidad de sustentabilidad sin un proyecto ético que genere capital social”.
El valor de las alianzas
A partir del planteo realizado por Sebastián Bigorito, director ejecutivo del CEADS; María Laura Leguizamón, senadora Nacional; Fernando Straface, director Ejecutivo de Cippec, y Carlos March, director de Avina Argentina, debatieron sobre la resiliencia de la sociedad y los emergentes sociales que derivan en la necesidad de la creación de alianzas para un crecimiento sostenible.
Dentro de este marco, coincidieron en que la articulación de sectores de la sociedad llegó y lo hizo para quedarse. En cuanto a la lógica que debe imperar en este proceso, March sostuvo que “si queremos pasar de la asistencia a la transformación, la única forma es articularnos. La asistencia -no asistencialismo- genera condiciones de factibilidad para la transformación social. La lógica de transformación es pasar de dar lo que sobra a invertir en lo que el otro necesita y la única forma de hacerlo es articulándonos a nivel social”. En esta línea, Leguizamón destacó la importancia de “pasar de la filantropía a la responsabilidad, es decir, asumir un compromiso con responsabilidad”.
Multisectorial de USA
Por su parte, Fred Luckey, presidente de Field to Market, presentó y explicó en qué consiste la “calculadora de la huella de carbono”, una herramienta que le permite a cada productor analizar si sus decisiones a nivel de negocio son sustentables y cuál es su desempeño siguiendo este parámetro.
Como primer punto, se trató el caso Villavicencio y su campaña “Dejá tu huella” en pos de la forestación de bosques, como ejemplo de que es posible potenciar el crecimiento del negocio a través de una alianza directa con el consumidor, utilizando los recursos que la compañía dispone sumado a la articulación con fundaciones aliadas en pos de la causa. Del mismo modo, tanto desde Administración Duhau como Desarrollo Agrícola del Paraguay manifestaron, con los casos presentados, la necesidad de incluir la sustentabilidad a la actividad del día a día de la empresa. Por su lado Enrique Duhau destacó “la importancia de la comunicación del sector agro con la sociedad para generar mayor vínculo y establecer alianzas que permitan replicar a escala los proyectos exitosos”.
Al cierre, Juan José Llach, profesor y director del Centro de Estudios de Gobierno, Empresa, Sociedad y Economía (GESE) IAE - Universidad Austral, manifestó que “la población mundial de aquí a 2040 va a aumentar en dos mil millones de personas, de las cuales 1.500 millones van a estar en países emergentes”. Ante este panorama, Llach destacó la necesidad de tener solidaridad con las generaciones futuras y responsabilidad social en la producción de alimentos. Para esto considera fundamental construir alianzas para crear valor.
Desde su rol y experiencia, hizo especial énfasis en trabajar en pos de una educación equitativa que contemple la formación para el trabajo y posibilite la igualdad.