Miembros de la Comisión Directiva de la delegación local de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) renovaron ayer su reclamo por la libertad de los seis presos políticos en el marco de la causa originada por el incendio de los Tribunales de Corral de Bustos.
Distintos dirigentes de la central obrera, en compañía además del diputado nacional Jorge Valinotto, realizaron en la víspera una rueda de prensa y explicaron que tomaron contacto con el abogado Víctor Barbero, quien les manifestó que presentó ante la Cámara del Crimen de Villa María un “hábeas corpus correctivo”, sin que haya existido una respuesta hasta el momento. Por eso, demandan “con el mayor de los respetos” que los magistrados de la misma otorguen celeridad a la medida solicitada.
En el encuentro con los medios, dieron cuenta de diversas presentaciones judiciales efectuadas en distintos tribunales provinciales y hasta en la Corte Interamericana de Derechos Humanos con el fin de que las personas que permanecen privadas de la libertad recuperen la misma hasta tanto se resuelva el proceso.
Valinotto resaltó que “no han ido dos mil tipos a quemar Tribunales, sino que fueron a quejarse” por la ineptitud judicial que existía en aquella localidad cordobesa. Y remarcó que en la actualidad todavía “no se sabe el origen de la quema”.
Asimismo, el legislador advirtió que “la rebelión se produjo a partir de un hecho muy grave” que fue la violación de una niña, a la que se le sumaron los hechos de corrupción que envolvían al poder político de la ciudad.
Por su lado, Henry Godoy, de la Corriente Clasista y Combativa, aseveró que una comisión especial tendría que investigar los sucesos acaecidos e interpretó que “este sistema condena a los luchadores”.
En el Establecimiento Penitenciario Número 5 de Villa María hay seis detenidos por la pueblada producida el 4 de diciembre de 2006, en algunos de los casos llevan más de dos años privados de la libertad sin sentencia firme.
La protesta se había desencadenado por la violación y muerte de la pequeña Ariana Sabache, de 3 años, lo que atizó los ánimos de los ciudadanos de un pueblo que ya contaba con otras 17 muertes sin esclarecer.