En un país donde se prolonga “el mal del fútbol mediocre” que suele verse, Atlético Ticino supone un aire fresco desde la Liga Villamariense de fútbol: un equipo que juega al ataque, con livianitos arriba que la pisan y se buscan, aún cuando saben que tienen la victoria en el bolsillo, entusiasmó a todo un pueblo que se llena el pecho de orgullo por los suyos y que sueña después de seis años sin un marcado protagonismo.
Así se verificó en Ticino, donde Atlético se dio el lujo de reducir a la más mínima expresión a Universitario, con un 3-0 lapidario que significó asegurar el pasaje a las semifinales del Clausura, escribiendo un global (5-0) que pocos pronosticaban.
Es cierto que la ventaja de la previa (2-0) provoca más presión para el necesitado, hecho que no supo sobrellevar este Universitario deshilachado y de pocas ideas. Pero eso no le restó méritos a la formación de Germán Vicario, que tuvo orden atrás y desniveló adelante, de la mano de una joya doméstica como Ayrton Páez, junto a Emanuel Coria y compañía, entre los que se destacó Matías Rodríguez, autor de los dos primeros goles.
A pesar que el viento impidió una buena precisión, fue Atlético quien mejor llevó la pelota por el piso, elaborando desde el compañerismo bien entendido para dársela al mejor ubicado. Entonces la “U” empezó a sufrir después de los 10 minutos.
Primero Nicolás Pierantoni tuvo que sacar en la línea una pelota que se metía tras el toqueteo entre Ezequiel Favalli y Páez y luego Coria no alcanzó a conectar, en el área chica, un pase gol del “Bochita”.
Pero lo mejor de la primera etapa fue una individual del propio Páez, quien encaró por derecha, pasó a un rival casi desde el borde de la línea de fondo y la picó hacia el segundo palo. Ahí fue Gustavo Reyes quien debió esforzarse para ahogar el gol del local.
Universitario no tuvo demasiadas respuestas; padeció las intermitencias de Martín Truglio y sumó gente en el ataque sin contar con un buen traslado en tres cuartos de cancha, además de chocar seguido con la seguridad de Mauricio Savino.
Recién dominó el visitante luego de los 30’, pero apenas pudo llevar riesgo con un remate de Truglio que salió por encima del travesaño.
Algo debía cambiar para el segundo tiempo, pero cuando parecía que Universitario esbozaba una leve mejoría, Ticino no demoró en aprovechar un tiro libre a favor para establecer el 1-0 y estirar más la diferencia en la serie: a los 2’, el tiro frontal en el área fue captado por Rodríguez, quien sólo tuvo que empujarla al lado del palo.
La desesperación se apoderó entonces del equipo de Joselito Bernadó, que atacó con más ímpetu y tuvo la chance de empatar con un cabezazo de Diego Marín, pero en la trayectoria del balón apareció Diego Fantino para desviarla con un manotazo.
Y de la desesperación al nerviosismo, ante un equipo que no te presta mucho la pelota, suele haber un solo paso. Eso se reflejó en la “U”, que se fue desmoronando con las expulsiones.
Primero fue Eduardo Salvai quien vio la roja, a los 17’, por hacer un gesto a la tribuna local -según detalló el asistente Mauricio Mercol- y después el expulsado fue Martín Truglio, a los 20’, por una patada propia de roja en la mitad de cancha.
De ahí en adelante, lo demás fue trámite para Atlético, que se lució con la velocidad de sus livianitos y volvió a lastimar a los 29’ mediante la definición de Rodríguez, quien se escapó por la derecha en contragolpe y resolvió con tiro cruzado.
Después Páez organizó la jugada del tercer grito, con pase hacia la proyección de Elías Acosta, quien mandó un centro bajo y encontró el botín de Ignacio Negrini.
Páez y el ingresado Matías Bettiol -dos veces- estuvieron muy cerca de aumentar la goleada, demostrando que Atlético sólo sabe jugar para adelante y no entiende eso de hacer tiempo en el medio, con el control de la pelota.
Lejos de su mejor nivel y urgido de unas vacaciones, Universitario se despidió cabizbajo, pensando en la renovación para el año que viene.
Las puertas a las semifinales se abrieron para Ticino. Y esa noticia, de acuerdo a sus buenas intenciones, resulta más que saludable.
La figura
Por sus dos goles, Matías Rodríguez se coronó como el más destacado del partido, aunque no se puede soslayar la tarde inspirada de Ayrton Páez, un habilidoso que va al frente y tiene un futuro enorme que deberá saber aprovechar. También fue buena la seguridad de Savino y Fantino, dos símbolos del club.
El árbitro
Diego Gallo cometió algunos errores porque a veces estuvo muy pendiente de lo que sucedía afuera del campo de juego, pero igual terminó acertando en las más importantes. Expulsó bien a Truglio y, con respecto a Salvai, lo hizo a instancias del asistente Mauricio Mercol, quien vio un gesto antirreglamentario por parte del experimentado defensor.
Un aplauso
Promediaba el segundo tiempo en Ticino y, por un momento, la bocina ruidosa que sonaba constantemente se tomó un descanso y se hizo un largo silencio. Alguien en la tribuna gritó fuerte y para que lo escuchara todo el estadio: “¡Un aplauso para Ayrton Páez!”, todos los simpatizantes se prendieron a la propuesta y el aplauso fue sostenido. Tras cartón, el hijo del “Bocha” organizó un jugadón que no terminó en gol por milagro. Un crack de apenas 18 años que disfruta todo un pueblo.