Hoy se celebra el Día del Perito Tasador, una especialidad consagrada en el territorio cordobés el 15 de diciembre del año 1987, cuando el Colegio Profesional de Martilleros y Corredores de la Provincia tomó el primer examen de idoneidad en la materia entre sus miembros.
Precisamente y según consta en los archivos de la institución que nuclea a los profesionales de este rubro, el Colegio Profesional de Martilleros y Corredores Públicos de la Provincia de Córdoba, en reunión del Honorable Plenario de Directorio de fecha 10 de agosto de 1987, resuelve tomar el primer examen de idoneidad a los martilleros y corredores públicos matriculados, este examen responde al uso de las facultades que le otorga el artículo 69 de la Ley Provincial 7.191 y modificatorias, para el mismo se fijó el día 15 de diciembre de 1987, conformando así la primera habilitación de colegiados activos para ejercer la especialidad de peritos tasadores en el ámbito judicial, particular y oficial para nuestra provincia. Se decidió entonces tomar como fecha de festejo del Día del Perito Tasador.
Además, desde ese momento, que consta en el libro de Actas de la institución, fue necesario aprobar el examen para ejercer como perito tasador.
El mentor de aquella primera instancia histórica fue Juan Evaristo Lescano, martillero y corredor de larga trayectoria. Y su idea permitió que una cantidad creciente de colegas suyos fueran año a año complementando su actividad, incorporando a ella una disciplina técnica de importancia, también mayor cada día.
En Villa María existen más de treinta peritos tasadores que, cada vez que son convocados, desempeñan esta particular e importante tarea.
Profesión regulada
La profesión de perito tasador está regulada en la provincia de Córdoba por la Ley 8.465 (Código Procesal Civil y Comercial) y la Ley 7.191 (de Martilleros y Corredores Públicos).
Es importante señalar que una vez que el profesional rinde el examen de idoneidad (y lo aprueba), debe ofrecer una fianza con la cual garantizará ante la Justicia y particulares su actuación.
Pero, además, su tarea deberá estar acompañada por una serie de conocimientos específicos, técnicos, estadísticos y hasta culturales, que le permitirán arribar a lo buscado con muy poco margen de error, al haber circulado por parámetros preestablecidos.
Hay quienes trazan un paralelismo con el accionar del escribano público, en cuanto a que es fedatario de un acto entre partes.
Todo apunta a que seguirá creciendo la importancia de estos profesionales de la tasación que miden, a través de la labor cotidiana, la riqueza material y el desarrollo económico de los pueblos. Es que el concepto actual de la función social que debe cumplir la propiedad, hace necesaria su participación para regular en forma justa y equitativa las cargas impositivas, de servicios públicos y contribuciones sociales.
Son cosas demasiado importantes como para que sean “calculadas” con el fácil método vulgarmente llamado “a ojo”. Afortunadamente, cada día se difunde un poco más acerca de la profesión de perito tasador.
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