La denuncia, con documentación concreta, realizada por el legislador provincial por el Frente Cívico Carlos Roffé en la Unicameral sobre la comida del Paicor llevó ayer al intendente de Villa María, Eduardo Accastello, a ordenar que se controle el alimento que se brinda a través de ese programa en la ciudad.
El legislador tomó muestras al azar en San Francisco y las hizo analizar. Así, el Senasa y el Centro de Química Aplicada de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba intervinieron y certificaron que la comida no es lo que se dice. El medallón de pollo, por ejemplo, no tenía proteínas vacuna, porcina, ovina ni aviar.
“Decidí hoy que Bromatología tome cartas en el asunto”, reveló ayer a la prensa el jefe comunal de Villa María.
“Veo lo ocurrido con mucha preocupación, es un hecho altamente preocupante. Es lamentable que se confirme que las milanesas de pollo no son de pollo”, añadió el mandatario.
Accastello dijo que se trataba de un caso de “corrupción gravísima” y que “amerita que la Justicia tome cartas en el asunto”.
Ante una pregunta de un periodista, el intendente aseguró que el municipio no tiene el rol de controlar sino que le corresponde a Bromatología de la provincia, por eso no se estaba analizando la comida que provee el Programa en Asistencia Integral de Córdoba (Paicor), pero que “tratándose de un caso público” y que puede perjudicar a los niños de la ciudad intervendrá.
La comida que se sirve fue objeto de cuestionamientos por parte de distintas madres de diversos establecimientos educativos en Villa María en los últimos dos años, las que fueron publicadas por este diario en varias ocasiones.
Es más, por ejemplo desde una escuela de barrio Las Playas se quejaban los propios niños por el sabor y los menúes.