Con la eficiente organización de Sociedad Rural y el apoyo del Ministerio de Agricultura de la provincia, tuvo lugar el pasado martes 4 una intensa jornada de trabajo y capacitación sobre manejo de maquinarias y aplicaciones fitosanitarias, donde el tema de fumigaciones y uso de agroquímicos alcanzó principal significación en las exposiciones programadas para el extenso desarrollo.
La presentación del curso estuvo a cargo del presidente de la entidad anfitriona Enner Bollati, intendente Omar Martina e ingeniero Marcos Blanda (director de Producción Agrícola del Ministerio de Agricultura de Córdoba); participando además Oscar Ciraolo (de la Agencia Zonal Las Varillas).
El funcionario provincial hizo hincapié en los alcances de la Ley 9.164 y el uso de productos fitosanitarios, donde no sólo es necesario su conocimiento, sino la permanente capacitación de los operarios de maquinarias para estas tareas.
La salud
El ingeniero Blanda consideró ante nuestra consulta, por la repercusión y asistencia (ciento veinte productores y aplicadores presentes) “que realmente nos sorprende la cantidad y la preocupación que hay en el sector por conocer la Ley y hacer bien las cosas”. “El cuidado de la salud, de los recursos naturales y de la producción agropecuaria, son fundamentos del marco legal que está protegiendo estos tres ejes prioritarios y en ese orden”. Definió a Córdoba como “pionera” en este análisis, “donde se ha avanzado mucho también a nivel nacional sobre la implementación de esta Ley que rige desde el año 2004 y desde entonces se hacen las capacitaciones; creo que es importante la decisión respectiva porque permite desarrollar la tarea en forma más eficiente”.
En la estimación cuantitativa de gente que haya acudido a estos eventos formativos, Blanda destacó “que hasta el presente tenemos más de dos mil quinientos operarios en todo el país y esperamos terminar el año con más de tres mil capacitados en tal aspecto”. Consideró importante las opiniones y cuestionamientos de los concurrentes, “puesto que siempre se van incorporando nuevos factores a esta temática, y donde se demuestra que la Ley es un marco jurídico para trabajar dentro de las buenas prácticas agrícolas porque nos está cuidando a nosotros como profesionales y operarios, aparte de ello está cuidando a la sociedad, en alcance beneficioso no sólo para los que están dentro sino afuera del sistema productivo”. Agregó “que es necesario en estos encuentros la presencia del usuario responsable, del productor agropecuario, los operarios aéreos y terrestres y los profesionales del sector, sin soslayar la importancia de los actores sociales en su conjunto, pues ciertamente esta Ley contiene un marco referencial práctico que sirve para llevar tranquilidad a la sociedad”.
Desarrollo
En primera instancia, el ingeniero Blanda destacó ante los presentes los alcances de la Ley 9.164, definiéndola como “un desafío para nosotros, pues en la actualidad muchos ojos están puestos sobre la producción agropecuaria, y debemos ante ello demostrar que el sector productivo viene haciendo las cosas bien y ajustándose a esta herramienta legal”. Reconoció la activa participación de los operarios, “puesto que se observa el compromiso de seguir trabajando y perfeccionándose en la función”. En este análisis, muchos de los concurrentes solicitaron (ante los cuestionamientos que receptan por el transporte y uso de los agroquímicos) que exista una legislación común para todos los pueblos, donde se especifiquen las distancias y formas de aplicación efectivas de estos productos.
Posteriormente el ingeniero Juan Carlos Sedrán realizó una metódica exposición sobre el tema “Higiene y seguridad en el trabajo agrario”, citando casos concretos de acciones positivas o erróneas sobre factores que pueden incidir para una correcta función y en procura de lograr los más efectivos mecanismos de aplicación.
El coordinador del Area de Capacitación, ingeniero Alejandro Gallardo, expresó su satisfacción “porque la gente vino hoy a oír, a aprender y a recoger elementos para defender la actividad, para que puedan seguir aplicándose los productos fitosanitarios en el país”. Además “esclarecer la situación por el uso de agroquímicos, puesto que de hacerse correctamente la sociedad no tiene porqué estar nerviosa o vivir interpelando al productor, al ingeniero o al aplicador sobre esta actividad”. Indicó “que la sociedad está sensibilizada porque falta comunicación entre las partes; por ello es necesario hablar e informar que hacemos en nuestra función: si no lo hacemos vamos a seguir generando miedos o preocupaciones a la gente”. Enfatizó: “Es importante cambiar miedo por conocimiento, esto hace a la tranquilidad”. “No nos olvidemos que la Argentina está llamada por la Divina Providencia a producir alimentos para cuatrocientos millones de habitantes; si sacamos al agroquímico: ¿Con qué lo hacemos?”, se interrogó.
En la parte final, el ingeniero asesor Felipe Díaz Yofre expuso sobre los principales problemas que pueden derivar de las agroaplicaciones, la implicancia para el resguardo del medio ambiente y de la salud humana, siempre procurando la preservación de los recursos acuíferos y alimenticios. Sostuvo “que la desertificación, el desarrollo urbano y los cambios climáticos afectarán la producción en los próximos treinta a cuarenta años”, apuntando con ello al perfeccionamiento constante de los trabajadores rurales en sus diversas funciones, siendo los mecanismos de aplicación de agroquímicos uno de los más importantes.
Además, se efectuó en la sede de Sociedad Rural una reunión (sin presencia periodística) a la que asistieron intendentes y concejales de municipios regionales, quienes plantearon a los representantes del Gobierno la problemática aludida y la inquietud que existe en los centros urbanos, especialmente en zonas limitantes con áreas rurales, por las prácticas y aplicación de agroquímicos.
El ingeniero Juan Carlos Rossetto (en nombre de Sociedad Rural), tuvo elocuentes expresiones en la conclusión del encuentro, destacando no sólo el número de participantes, sino el análisis y esclarecimiento de temas que para muchos sectores poblacionales siguen siendo incógnitas o causales de serias anomalías para la salud humana y ambiental.