Bien podría decirse que se trata de una cifra récord, sobre todo si se tiene en cuenta que en las dos últimas décadas se impusieron nueve perpetuas en la Cámara del Crimen de Villa María. Es decir que un tercio de esas condenas se aplicaron sólo este año… y en menos de seis meses.
En efecto, 2012 quedará inscripto en la historia judicial de la ciudad porque entre fines de junio y los primeros días de diciembre dos hombres y una mujer fueron castigados con la pena máxima prevista por la legislación argentina, que traducida en números significa 35 años de prisión defectiva.
Para realizar este informe, no sólo recurrimos a los archivos de EL DIARIO, sino que tuvimos que apelar a la buena memoria de algunos abogados y funcionarios de Tribunales para conocer algunos datos de singular valor periodístico. De ese modo debimos remontarnos a 1992 para encontrar la primera perpetua aplicada por la Justicia villamariense.
Así, concluimos que entre setiembre de aquel año y la actualidad, nueve personas (siete hombres y dos mujeres) recibieron la pena máxima en el Palacio de Justicia local en siete juicios orales y públicos, cuatro de los cuales se sustanciaron con la intervención de jurados populares.
A continuación, y en orden cronológico, hacemos un repaso de los aspectos más relevantes de cada uno de los procesos referidos.
Miguel Alvarez
El 11 de setiembre del 92, los jueces Víctor Hochsprung, César Montiel y Roberto Blanco (todos ya fallecidos) condenaron a Miguel Angel Alvarez a la pena máxima, que por entonces representaba 25 años de cárcel.
Quince meses antes, el domingo 9 de junio de 1991, Alvarez (por entonces de 28 años) pasó frente a la casa de su ex esposa, en la localidad de Arroyo Cabral, vio una bicicleta en el frente, fue a buscar una carabina Mahely calibre 22 con balas huecas y regresó tan rápido como pudo.
Al entrar a la vivienda, encontró a Zonia Serrano (32) conversando con Lucio Gutiérrez (26), sentados a la mesa de la cocina. Hubo una discusión, gritos y cinco disparos acabaron rápidamente con la pelea. A ella la mató en el acto de un balazo en la cabeza y dos en el cuello, mientras que el joven recibió dos impactos en el cuello y dejó de existir unos minutos después.
La pareja estaba separada desde unos tres meses antes del hecho, por lo que la mujer había comenzado una relación sentimental con Gutiérrez, un joven radicado en Pampayasta Sur.
El fiscal de aquel juicio fue Omar Giovanni y la defensora de Alvarez la por entonces asesora letrada Silvia Saslavsky de Camandone (actualmente camarista), mientras que el secretario actuante fue el hoy fiscal de Cámara, Francisco Márquez.
En 1993, el Gobierno de la provincia dictó una conmutación general de penas, que para el caso de Alvarez le significó bajar la perpetua a 22 años de encierro. Así, el vecino cabralense salió de la cárcel a mediados de junio de 2006 tras cumplir los dos tercios de la condena.
Sin embargo, en los primeros días de noviembre de ese mismo año Alvarez volvió a ser detenido por un caso de violencia familiar. Así, llegó nuevamente a juicio y el 27 de febrero de 2007 se le impusieron dos años de prisión por hechos de “coacción”, “amenazas” y “lesiones leves calificadas” en perjuicio de su hijo menor, pero como tenía pendiente parte de aquella condena de 22 años, se le unificaron ambas sentencias en una pena única de 23 años de cárcel.
Carlos Torchio y Ramona Cabrera
Uno de los episodios más conmovedores y emblemáticos de la historia judicial villamariense fue el que se sustanció por el brutal crimen de Paolo Sebastián La Furcada, de tan sólo 12 años.
Asesinado a golpes el 4 de agosto de 1997 en su casa de barrio San Martín, Paolo fue sepultado vivo a la vera de la ruta provincial 4, a unos 2.000 metros del cruce con la 2. Dos días después fueron detenidos y procesados la abuelastra del menor, Ramona María Cabrera, y su ex pareja, Carlos Torchio.
El 13 octubre de 1998, los dos fueron condenados a la pena de “reclusión perpetua, con más la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado”, tras ser declarados coautores del delito de “homicidio calificado por alevosía”.
Aún estando detenido, Torchio murió el 12 de marzo de 2005, a la edad de 85 años. La mujer tiene hoy 76 años y continúa en la cárcel de barrio Belgrano porque se le denegó la prisión domiciliaria.
Dos rosarinos
En marzo de 2003, la Cámara del Crimen local juzgó a tres hombres y una joven por el feroz crimen del industrial metalúrgico bellvillense Norberto Pedro Dutto, ocurrido el 8 de enero de 1998.
El viernes 14 de ese mes y año, al cabo de 10 audiencias de debate, los rosarinos Aldo Alberto “El Turco” Juri (hoy tiene 54 años) y Raúl Alejandro Quinteros (53) fueron declarados culpables de “homicidio doblemente calificado”, por alevosía y pluralidad de agentes, y se les impuso la pena máxima.
Dutto fue asesinado de un balazo en la cabeza y luego incinerado en el baúl de su automóvil Mercedes Benz, en un descampado rural cercano a la localidad de General Roca, en el sudeste provincial.
Cabe señalar que la banda había sido juzgada un año antes en Bell Ville, donde se le impuso la pena máxima a tres de los acusados, pero la Defensa de uno de ellos recurrió el fallo en casación y planteó la nulidad de la sentencia. El Tribunal Superior de Justicia le dio la razón y ordenó un nuevo juicio.
Ariel Luis Roa
El 8 de mayo de 2006, al cabo del primer juicio por jurado que se realizó en Villa María tras la sanción de la Ley Provincial de Jurados Populares, la Cámara del Crimen y los ciudadanos que participaron de aquel histórico proceso oral declararon a Ariel Luis Roa autor de “homicidio doblemente calificado”, por alevosía y críminis causa (ocultar otro delito, en este caso el robo) y le impusieron la pena de prisión perpetua.
En fallo unánime de jueces y jurados, Roa, actualmente de 34 años de edad, fue condenado por el cruento asesinato de la remisera Graciela del Valle Saine (43), ocurrido la noche del 23 de abril de 2004 en Villa Nueva, donde fue ultimada de 11 puñaladas en inmediaciones de la cancha de Asociación Española.
Franco Moreno
El 26 de junio del corriente año, en otra sentencia unánime, la Justicia villamariense condenó a Franco Ezequiel “Pachequito” Moreno (24) a la pena máxima, tras declararlo culpable del “homicidio calificado por alevosía” de Pablo Ezequiel Centeno (19).
El crimen se produjo la noche del 5 de marzo de 2011, en barrio San Nicolás, donde Moreno atacó por la espalda y a traición a su “enemigo” de toda la vida.
Oliva Paradela
El 13 de setiembre pasado, en un nuevo fallo unánime de jueces y jurados, se impuso prisión perpetua a María Soledad Oliva Paradela (29), luego de ser declarada culpable de “homicidio doblemente calificado, por el vínculo y por alevosía, reiterado”, de sus dos pequeños hijos.
El truculento hecho por el que fue condenada se produjo la madrugada del 16 de diciembre de 2010, cuando degolló a los niños Andrés Samuel Lozano (de 5 años) y Lucas David Lozano (de siete meses), mientras dormían en su casa de barrio La Floresta de Villa Nueva.
Daniel Andrada
Finalmente, hace apenas tres días, Daniel Rafael Andrada (55) fue condenado por el “homicidio calificado por alevosía” de quien era su concubina, Susana Esther Medina (52), a quien ahorcó con un cable en la vivienda que ocupaban en Pampayasta Sud, la noche del 2 de marzo de 2011.
Como en los casos anteriores, el veredicto de jueces técnicos y jurados populares también fue unánime.
Daniel Rocha