Eduardo Luis Accastello sabe, con letra de tango, que la lucha es cruel y es mucha.
Sabe que Córdoba tiene las puertas blindadas para los osados del interior pero sigue adelante, tal vez, por la fe que lo empecina y esos sueños jamás abandonados de llevar “el modelo de la Villa” al territorio hoy comandado por otro peronista José Manuel de la Sota.
Después de haber sido el hombre “elegido por Néstor” para representar al kirchnerismo en nuestros pagos y defender en tiempos conflictivos el proyecto K, le tocó recorrer el camino de espinas, sin rosas, que le trazó Cristina al bendecir al señor de las espigas doradas Fabián Francioni.
Pero, motorizado por su trayectoria dentro del peronismo, el dirigente local no baja los brazos y busca, haciendo equilibrio entre los unos y los otros, llegar a destino sin pensar en nuevas estructuras, sino jugando dentro del justicialismo.
Días atrás, y después de que dos de sus hombres hicieran la punta (Mauro Beltrami y Héctor Muñoz), Accastello se reunió con el hombre del “agua” Daniel Scioli.
La conversación giró sobre el leasing (para comprar maquinarias) del Banco Bapro y navegó por las turbulencias del futuro político.
El encuentro dejó saldos positivos. El gobernador de Buenos Aires habría encargado una encuesta en Córdoba que lo ubica a Accastello en un lugar preponderante dentro del peronismo mediterráneo.
De la Sota lleva la delantera, seguido por Schiaretti y en tercer lugar está Accastello.
Nada mal para un intendente del interior del interior que superaría en imagen a los principales ministros del gabinete del Centro Cívico.
“Accastello está dentro de los cinco dirigentes de mejor imagen en la provincia si incluimos a Luis Juez y Ramón Mestre”, comentó un ingeniero conocedor de los “movimientos de suelo”.
Scioli ya está jugando sus fichas en el tablero y suenan bandoneones con los acordes de futuras consignas con “Scioli presidente, Massa gobernador”.
Precisamente, en los próximos días Eduardo Luis tendría un encuentro con el “Tigre” Sergio Massa.
Para 2015 falta mucho, para 2013 poco, casi nada.
Y entre bandoneones y crueles luchas se viene el armado de las listas de diputados.
Ya surgieron interrogantes con respecto a la posibilidad que la candidatura de Schiaretti se caiga por la decisión de la Cámara Federal de procesarlo por supuestos sobresueldos en la era menemista.
Si esto ocurre, Accastello tiene buenas chances de ser el elegido.
Mientras tanto, el intendente local se mueve, recorre localidades (estuvo en Deheza y Cabrera), habla con empresarios y espera que el tiempo le marque los compaces.
Mientras tanto sigue en esa lucha política, que sin duda es cruel y es mucha.