Directo al corazón. La frase bien puede definir a la fiesta de la democracia y los derechos humanos que se realizó ayer en el Reloj de Sol.
Es que la presencia de la irreverente poeta, pianista y cantante Liliana Felipe en el escenario colmó de emociones el sector ubicado a la orilla del lago.
En el emblemático lugar que recuerda a los desaparecidos de la dictadura militar, la compositora regaló sus canciones tan profundas, tan precisas, surgidas desde el exilio y el reencuentro con sus raíces.
La presencia de su hermana y su cuñado desaparecidos se percibió en los 60 minutos que duró su actuación.
Unas 1.500 personas se dieron cita desde temprano en el espacio ribereño. El primero en amenizar la fiesta fue Palito Sánchez, el último, el Toro Quevedo.
Pero, el sentido de la celebración organizada por el municipio, a través del área de Derechos Humanos, tuvo su eje en la presencia de la consagrada artista.
Felipe recibió reconocimientos de la Municipalidad, de la Universidad Nacional, del Concejo Deliberante y de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos.
Y recibió el reconocimiento más sentido que fue el del público que la aplaudió durante largos minutos.
Luego, la palabra de la presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner se escuchó a la vera del Ctalamochita a través de un enlace con el acto central realizado en Plaza de Mayo (ver páginas 16 y 17).
Integrantes del Canal Encuentro filmaron el recital de Liliana Felipe como parte de un seguimiento que están realizando para el programa “Historias debidas”, conducido por Ana Coca Pardo.