Lo que parecía que no llegaba, llegó. Y de qué manera. El proyecto Cromosoma XF -que tenía como objetivo que los chicos de Villa El Tropezón, pudieran hacer sus propias prendas en un taller de costura- llegó a su fin con un desfile en el Buen Pastor. Esto no es una moda. Ya lo van a leer.
“La moda del norte, moda universal, celebra al arte neutral y aplaude a la víbora que se muerde la cola y la encuentra sabrosa. La cultura y la política se han convertido en artículos de consumo”, escribe Eduardo Galeano. Sus palabras señalan, de algún modo, la importancia de este proyecto. Porque los chicos, que muchas veces son marginados por “portación de ropa”, pudieron en este taller liberarse de lo impuesto por Norteamérica. Que no necesariamente es otro país, sino el norte ideológico de varios cordobeses.
Fue entonces que Noelia Ponce de León -estudiante de Diseño y Abogacía- pensó en la idea de llevar un taller de costura al lado de la Villa. En la Parroquia de Don Bosco, y con el visto bueno de las trabajadoras sociales y el párroco, comenzó lo que era un sueño. A ella se le añadió Cecilia Hernando quien fue la otra “seño” y que junto a GloboMusic, la asociación franco-argentina, que hizo cosas parecidas en otros países de América, le dieron forma.
Los primeros talleres comenzaron en setiembre y allí no sólo varios vecinos apoyaron la idea, donando ropas, sino que varios diseñadores de Córdoba fueron a instruir a los chicos y luego a las madres, visto también como una salida laboral.
Varios miércoles y sábados, con frío, calor, lluvia y sol, las chicas se juntaron con los chicos. Allí se formó una familia grande, donde todos aprendieron y todos compartieron. Esa fue la única moda en esos días. Ya que después, las identidades de cada uno se vieron reflejadas en las prendas. Sus colores y sus cortes, para cortarse y salirse de la realidad diferente que les toca vivir. O como decía Lacroix, que su moda era lo que sentía. Esto fue puro sentimiento.
En la pasarela
Pasaron los meses y el taller llegó a su fin. Entonces el cierre tenía que ser perfecto. La idea muy original era llevar un desfile de modas y una exposición con los trabajos de los chicos a la Capilla del Buen Pastor. Porque era necesario que los demás vieran las cosas que habían hecho, que los conocieran a través de la moda. De la identidad. El nombre del proyecto ya habla de eso, “determinando quienes somos” según una de las pensantes, y porque todos somos parte de la misma sociedad. El folleto que invitaba al evento, donde se leía “Crear, reinventar, imaginar, poder, reír…” tuvo su momento ya dentro del lugar. Allí el desfile perfomático se inició con una intervención de los pibes sobre una modelo que aparentaba estar desnuda y que era vestida por esos retazos de tela, que fueron los mismos que los vistieron a ellos. La gente empezaba a comprender, de qué se trataba, y sólo les quedaba aplaudir. Los flashes de las fotos, y las caras de asombro fueron una constante. Luego llegó el momento de cada uno de los diseñadores: Charly Villa, Felipe Carle, Lucila García, Viviana Moretti, Melissa Rivero, Luli Loza Guada Nores, Florencia García, Micaela Martínez y Cintia Barrios, quienes mostraron prendas hechas para la ocasión. Allí la realidad de los que frecuentan la parroquia se vio muy marcada con ropas que aludían a la religión, la calle y el trabajo infantil, entre otros. Mucha gente estuvo detrás del proyecto. Los que se vieron y los que no. Los que fueron día a día y los que ayudaron desde otros espacios, para hacer otro tipo de moda. Una que no vista las ideas de la gente, según ciertos cánones y expulse a los ninguneados de siempre. Una moda aparente que se deja llevar por lo que se ve. Para que esta moda no sea de mercado. Muchos fueron cómplices de este proyecto ambicioso, pero no de dinero, si no de ideales, de valores, de vida. Porque ya lo dijo Cocó Chanel: “La moda está en el cielo, en la calle, la moda tiene que ver con las ideas, con nuestro modo de vida, con lo que está pasando…”. La realidad de ellos es algo que pasa, y que nos pasa. Y eso no pasa de moda.
Juan José Coronell
Especial