Un conocido presidiario villanovense, un albañil radicado en Villa María y dos hermanos oriundos de la ciudad de Córdoba fueron condenados ayer en la Cámara del Crimen local en tres juicios diferentes, pero recuperaron la libertad porque las penas impuestas se les dieron por compurgadas en razón del tiempo que llevaban detenidos.
El más mediático de los convictos es el multireincidente Juan Mario Aiduc (58), alias “Cacho” o “Turco”, quien en la víspera recibió la novena sanción penal de su extensa carrera delictiva, esta vez por un robo domiciliario perpetrado a fines de julio pasado.
En tanto, Cristian Alberto Carreras (27) fue condenado por haber sustraído una lámpara portátil de una vivienda de barrio Rivadavia, mientras que a los hermanos Hilda Marina (37) y Hugo Alberto Peralta (32) se los sentenció por dos hechos de “hurto” y una “defraudación”.
Si bien los cuatro son reincidentes, se trata de delincuentes de poca monta que cometieron hechos menores, y todos contra la propiedad. Asimismo, cabe señalar que dos de los procesos orales fueron de trámite abreviado, mientras que en el restante sólo compareció un testigo.
El juicio más significativo de la jornada fue el que sentó nuevamente en el banquillo a “Cacho” Aiduc, un ladrón con frondosos antecedentes que a fines de noviembre de 2010 había sido castigado con una pena de un año y nueve meses de prisión por una “tentativa de robo”.
En libertad desde setiembre de 2011, este conocido “amigo de lo ajeno” volvió a delinquir el 28 de julio pasado cuando, tras romper una ventana del domicilio ubicado en 25 de Mayo 946 de Villa María, se apoderó de un radiograbador, un teléfono celular, una billetera y hasta un nebulizador.
Aiduc fue apresado cuando se disponía a escapar de la vivienda en cuestión, por lo que ya llevaba cuatro meses y medio “a la sombra”. Y como ayer se le impuso una pena de cuatro meses de prisión efectiva, la misma se le dio por cumplida y quedó libre al momento de dictarse la sentencia.
El juicio fue abreviado porque el múltiple reincidente confesó su responsabilidad en el hecho juzgado, tras lo cual se lo declaró culpable de “robo en grado de tentativa”.
Saltó una tapia
En el primer juicio de la mañana, Cristian Carreras fue condenado a tres meses de prisión efectiva, con declaración de reincidencia, por un “hurto simple” perpetrado el 5 de agosto último.
Ese día saltó la tapia de la vivienda de Carlos Darío Reynoso, situada en Marcos Juárez 1727, en barrio Parque Norte, y del patio de la misma sustrajo una lámpara portátil. Tras cartón salió corriendo, pero fue apresado a las pocas cuadras
Al igual que en el caso anterior, Carreras lleva poco más de cuatro meses tras las rejas, por lo que se le dio por compurgado el castigo impuesto y recobró la libertad una vez finalizada la audiencia.
El proceso oral tuvo como único testigo al comisario Hernán Yudica, efectivo policial que intervino en la detención del ladrón.
Arrebatadores
En el tercero y último juicio de la jornada, Hilda y Hugo Peralta confesaron haber sustraído dos carteras, y con una tarjeta que había en una de ellas retiraron 3.000 pesos de una entidad bancaria local.
Los hechos se produjeron durante los primeros días del pasado mes de agosto. En uno de los atracos, le arrebataron la cartera a una empleada de los Tribunales de Villa María en el mismísimo edificio de General Paz 337, y un par de días más tarde hicieron lo propio en una escuela de James Craik, donde desapoderaron a una docente. Luego cometieron la aludida defraudación, utilizando para tal fin una tarjeta de débito perteneciente a una de las víctimas.
Ambos hermanos fueron condenados a cuatro meses de prisión efectiva, sanción que se les dio por cumplida íntegramente.
Jueza y partes
Los tres juicios fueron presididos por la camarista Silvia Saslavsky de Camandone y contaron con la participación del fiscal Francisco Márquez y de la defensora oficial Silvina Muñoz. En las causas contra Aiduc y Carreras intervino el secretario Roberto Jue, y en la restante su par Gabriela Sanz.