Escribe: Héctor Cavagliato
Dice el diccionario de la lengua española que “la lealtad es la cualidad debida de fidelidad, incapaz de traicionar por parte de las personas en quienes se confía”. De allí surgen las conductas leales, las palabras leales, las actitudes leales. Muchas veces solemos poner como incapaces de transgredir la norma a algunos animales domésticos como el perro, el caballo, “fieles amigos del hombre”.
¿A qué viene todo esto? A que en el golf, como en casi ninguna otra disciplina deportiva, se ofrece la oportunidad de cumplir esos preceptos ya sea en el cómputo real de los golpes empleados, al respeto pleno de las reglas y, como una expresión de anhelo que alguna vez sea obligatorio desde los entes rectores, la obligatoriedad de presentación de las respectivas tarjetas de scores, aún para el caso de que el jugador decida abandonar. Para esos casos está previsto cómo debe considerarse ese parcial.
Pero salta a todas luces que la no presentación implica aparentar como que el jugador no participó de un certamen. Lo que ocurre con la no presentación, realmente, aun cuando el jugador ha completado el recorrido y anotado todos sus golpes, es un ocultamiento de un score (bueno o malo) que configura una desconsideración para con el resto y una manipulación del hándicap -porque no quiere que le bajen o que le suban su ventaja- y ello no está bien. Decididamente está mal. Ocurre que no se bancan figurar debajo de otros jugadores o, en algunos casos, estar en los últimos puestos. En el deporte hay que saber ganar, pero por sobre todo, hay que saber perder y reconocer a los eventuales triunfadores.
Cuando un jugador se inscribe en un torneo sale a competir con todos, se honra a sí mismo y respeta a los co-competidores, porque si estos resultaron mejores no aparecen en el marcador superando al renuente en cumplir con un precepto de absoluta lealtad deportiva. Si lo piensa un poquito, seguramente se dará cuenta de que, aunque sea involuntaria e inconscientemente, ha transgredido una conducta elemental.
Quizás debiera incentivarse el concepto desde el comienzo de todos los nuevos jugadores y la corrección de sus hábitos de los que arrastran un viejo vicio a todas luces desagradable.
Lo que viene
En el Villa María Golf Club se programó para este sábado un torneo a 18 hoyos individual por golpes por el premio BPB en todas las catgorías.
En el Bell Ville Golf Club se trabaja intensamente en la restauración de la cancha, seriamente castigada por el tornado del pasado jueves. Los socios se multiplicaron estos días, sacrificaron descanso y desatendieron sus emprendimientos privados para sumarse a los trabajos de extracción de restos de árboles derribados por el vendaval.
Los sectores principales fueron en torno del hoyo 2, 5, 7 y 9 donde claudicaron especies centenarias como tipas y otras especies autóctonas, igual que lo ocurrido enfrente, río de por medio, en el Parque Tau compuesto por miles de ejemplares de más de 150 años.
Ayer nos confirmaron la realización del Torneo Clausura este sábado para todas las categorías y premios especiales, con salidas simultáneas a la hora 15. Por la mañana se jugará el Torneo Regional de Menores, lo que configura que la cancha lucirá plenamente poblada todo el día. Será una manera de ver con optimismo una etapa de inminente recuperación.