Hace más de 40 años que Matías Ruiz está radicado en la ciudad de Córdoba. Sin embargo, ni el tiempo ni el espacio le han hecho olvidar sus orígenes; esos que tuvieron lugar a orillas del Ctalamochita cuando barrio Santa Ana aún era “el campo”. Más bien todo lo contrario. Pareciera que incluso sus recuerdos se han acentuado con el paso del tiempo. No sólo porque ha escrito una canción dedicada a su ciudad natal, sino porque acaba de concluir un libro con sus memorias, esas que, según él, “no tienen otro destinatario más que mis nietos” pero que seguramente tendrán un valor incalculable para los historiadores y los nostálgicos. Y acaso don Matías, con sus flamantes 86 años, participe de ambas naturalezas.
Estamos en la casa de la familia Ruiz, en calle Entre Ríos casi esquina 9 de Julio. Nada hace pensar que detrás de un comercio de sellos de goma se abre una galería al aire libre en un inmueble de 107 años. “Esta fue nuestra segunda casa, acá nos vinimos al dejar el campo, cerca de Estancia La Negrita” comenta Matías. Y allí, resistiendo a la modernización de la ciudad y a la demolición de inmuebles, viven sus dos hermanos con sus viejas costumbres de campo, en un patio lleno de sol con el canto maravilloso de un tordo chaqueño.
Entonces Matías y sus hermanos recuerdan el criadero de cerdos de su padre venido de España en el 18, el tambo que supieran tener en los años ´40, la panadería que su abuelo levantara en calle La Rioja y Bulevard España (actual panadería Mercadal) o “La casa de las lanas” que supieran regentear en el centro de la ciudad cuando la familia se volvió urbana. “Por todo esto es que yo le debía una canción a Villa María, porque a la ciudad la quiero, porque acá viví los mejores años de mi vida” dice Matías.
La canción
Un vecino suyo de Córdoba, Axel Blengini, sonidista de La Pampa, le puso música al poema de Matías con aires de chacarera. Cuando hubo concluido el trabajo, le dijo: “Mire, Matías, la canción ha quedado muy linda, así que vamos a inscribirla en SADAIC y la vamos a grabar”. Y el músico pampeano consiguió un arreglador (Guido Rivera), luego un cantante (Sebastián Alvarez Facca) y fueron a un estudio: A & G Records. De hecho, Matías tiene algunos “demos” que distribuye entre amigos y medios periodísticos.
“Me encantaría encontrar una orquesta que incorpore la canción a su repertorio; sería como cumplir un sueño”, comenta Matías en el living familiar por el que ahora está de paso. En pocas horas se volverá a Córdoba, pero su corazón seguirá aquí, acariciado por el Ctalamochita que siempre es un río distinto (diría Heráclito) pero que para Matías siempre será el mismo, ese que bañaba el patio de tierra de su casa el día en que nació.
Iván Wielikosielek
Villa María, la ciudad donde nací
El centro de Argentina, Manuel Ocampo eligió,
Y allí con entusiasmo y esperanza, su sueño cumplió.
Con su visión entusiasta una ciudad fundó.
Con el nombre de la Virgen él la bautizó.
Madre prolífera que miles de hijos engendró,
Otros miles adoptó y a todos cobijó.
Orgullosa de tus hijos ilustres
Que el mundo conoció.
También los que aunaron esfuerzos
Poniendo todo el corazón.
Villa María la ciudad donde nací
Te quiero, te quiero y te canto así.
Villa María la ciudad donde nací
Te quiero, te quiero y te canto así.
El Ctalamochita te acaricia con amor
Igual que a tu hermana la mayor.
Ambas márgenes son un primor
Brindan las delicias en los días de calor.
Hermosos puentes las unen y todos llevan una magia,
La magia de una comunión superior.
Villa María, cuna de trabajo y alegría,
De tus poros brotan bondad y simpatía.
Tus hijos te quieren y forman una gran familia
Y te hacen más hermosa con el trabajo de cada día.
Villa María la ciudad donde nací
Te quiero, te quiero y te canto así.
Matías Ruiz