Ricardo Weiss es el coordinador del área de agroquímicos del Colegio de Ingenieros Agrónomos de la provincia de Córdoba y brindó una capacitación acerca de las “Responsabilidades de los operadores fitosanitarios” a técnicos de la empresa Bertone.
El encuentro se concretó el miércoles por la tarde. “Hay toda una mala prensa respecto al uso de agroquímicos y está provocada por alguna gente que en su momento hizo mal las cosas, pero hay un montón de gente que hace las cosas bien, pero no salen en los medios”, dijo Weiss a un cronista de EL DIARIO.
Consultado sobre el accionar del Colegio respecto a los agroquímicos, explicó que desde el año 1981 (el Colegio se creó en el 86) ya estaban peleando y lograron que se aprobara la vieja Ley de Agroquímicos del año 1982-83. “En el último tiempo se ha podido acceder a ciertos logros, porque distintos sectores que usamos agroquímicos nos dimos cuenta que no podemos hacer las cosas solos, entonces a través del Consejo Asesor de Agroquímicos del Ministerio de Agricultura de la provincia (donde están representados los ingenieros agrónomos, los expendedores, los aplicadores y las universidades) empezamos a tirar todos del carro y se está acomodando la cuestión. También, algo fundamental es que apareció la voluntad política del Estado de fiscalizar, porque sin ésta no se puede hacer nada”, remarcó.
Estratégico
En vías a lograr la regularización, el experto señaló que “hace diez años el que hacía una receta fitosanitaria era un desubicado, pero ahora repartimos 5.000 en 45 días, mientras que en campaña 2010-2011 se repartieron aproximadamente 10 mil recetas. Hay una toma de conciencia, no sólo de los ingenieros, sino de todo la cadena”.
Weiss resaltó que la producción agropecuaria es un rubro estratégico para la provincia y el país como es el petróleo para Venezuela y el cobre para Chile. “Entonces cuando vos leés el primer artículo de la Ley de Agroquímicos dice que hay que proteger la salud humana, el ambiente y la producción agropecuaria. Es decir, que pone a la producción agropecuaria como un bien a proteger, pero atrás de la salud humana y el ambiente. En función de eso es que estamos haciendo toda esta movida de esclarecimiento y concientización y de sancionar a quien haya que sancionar”, aclaró.
El Colegio de Ingenieros suspendió dos matrículas, una por un tema de receta y otra por una inspección de máquinas. “Ahora, hay cinco ingenieros imputados y el Colegio está actuando como defensa y gremio del sector, pero el Colegio no va a defender a quien hizo mal las cosas (cuando llegue el momento de comprobarse los hechos). Inclusive una de las salas del Tribunal de Disciplina funciona en Villa María”, agregó.
El especialista sentenció que “el mensaje que le debe quedar claro a todo el sector productivo es que el que no se quiera someter a regulaciones se va a tener que someter a prohibiciones”.
Sobre las incompatibilidades entre las ordenanzas municipales y la Ley Provincial de Agroquímicos, argumentó que “ahí hay un problema, porque las municipalidades por Constitución provincial tienen autonomía, por ahí los intendentes creen que esa autonomía es absoluta y no es así, entonces algunos intendentes que no entienden eso ponen la ordenanza que quieren, pero ya hubo casos en que la gente ha ido a la Justicia y se ha tenido que tirar para atrás la ordenanza. El caso emblemático es el de Mendiolaza. Ahora, hay dos juicios en marcha ante la Municipalidad de Alta Gracia y dos juicios más ante la Municipalidad de Anisacate por arbitrariedad”.
Los límites
En tanto, Weiss dio a conocer una novedad que tiene que ver con la aprobación -hace una semana- de la Ley 11.114, la que fija ciertas limitaciones a los municipios en lo territorial. “Es decir, los municipios van a poder legislar y aplicar su poder de Policía hasta donde presten eficientemente servicios, porque hay municipios que han puesto un ejido municipal de cinco kilómetros, donde no llegan a prestar ningún servicio. También, hay municipios que hicieron bien las cosas como Colonia Caroya que tiene una particularidad, porque no hay ciudad y campo, sino que está todo mezclado, por lo cual hay que hacer una regulación muy fina”, sostuvo.
La Municipalidad de Colonia Caroya ha puesto una oficina con un ingeniero agrónomo permanente, con tres empleados administrativos, donde se realiza un acta con cada una de las aplicaciones que se van a hacer. Además, están avanzando en crear un sistema en calidad de aplicación, por lo que llegará un momento en que van a poder trabajar las máquinas que demuestren una cierta calidad de aplicación.
Por último, el coordinador del área de Agroquímicos del Colegio de Ingenieros destacó que “el Ministerio de Agricultura -desde hace un tiempo- está ajustando las clavijas en forma correcta, no cazando brujas, porque primero notifican, dan cinco días hábiles para que se ponga en regla y si no cumple lo sancionan. Hubo casos donde se han clausurado empresas grandes, por ejemplo, a una de éstas le clausuraron seis locales”.