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El espejo de agua serrano es una de las postales turísticas de la provincia más característica |
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Escribe: Pepo Garay
Especial para EL DIARIO
La tónica la sigue marcando el verano. Es inevitable. El calor manda, haciéndonos pensar en términos de chapuzón. Entonces es cuando brotan en nuestra imaginación los espacios que mejor se adaptan a esta coyuntura de 40 grados. ¿Alguien dijo lago? Sí, obvio. Y entre todos, el que rapidito viene a la mente es el San Roque. Dique de 16 kilómetros cuadrados, que a 30 minutos de la capital provincial corporiza uno de los espacios más reclamados por el turismo nacional. Hace méritos con su figura siempre deseada, de mucha agua y mucha frescura, rodeada de montaña. Postal que grita “Sierras de Córdoba”, plena de argumentos para hacerlo.
Aún con la contaminación que viene sufriendo desde hace décadas, el lago continúa dándole batalla a la irresponsabilidad ajena (políticos, paisanos y turistas incluidos) y se brinda por completo. Ahora ayudado por las últimas lluvias, que le han mejorado el caudal. Días de playa y sol, paseos en barco, deportes acuáticos, pesca y excursiones por los cerros que lo cuidan, son apenas algunas de las actividades recreativas a través de las cuales el gigante provoca las ganas de volverlo a ver. Las mismas se le ofrecen a uno en cualquiera de las ciudades y parajes que besan las costas del San Roque: Villa Carlos Paz, Villa Santa Cruz del Lago, Villa Parque Síquiman, Bialet Massé y San Roque. De cara al agua, cada localidad tiene lo suyo. Aquí lo muestran.
Villa Carlos Paz
Varias de las mejores joyas del principal destino turístico de nuestra provincia, descansan a la vera del dique. En ese sentido, son los balnearios los mejores ejemplos. Desde Playa Calaconta y Playa del Ciervo (las más populares) hasta Bahía El Gitano (menos frecuentada), los espacios para disfrutar del buen clima se van delineando principalmente sobre la avenida Illia. Una extensa costanera de 3,5 kilómetros que alberga además sitios como el Paseo de los Patos (junto al céntrico Puente Carretero, es un popular punto de reunión para personas de todas las edades). Sobre la costa del frente (la llamada “Norte”), destaca Playa Pirelli, favorita entre los que practican la navegación a vela.
Villa Santa Cruz del Lago
Pegada a Carlos Paz, hacia el norte, Villa Santa Cruz del Lago también disfruta de las delicias que le brinda el San Roque. E incluso más. La menor cantidad de turistas que se congregan en sus playas permiten apreciar de manera distinta los paisajes que arroja el entorno del lago, el verde del rededor. La hora del baño tiene como predilecta a Los Mimbres, balneario con todos los servicios y casi 400 metros de costa. Momentos de sol que bien pueden ser combinados con sendas cabalgatas y caminatas por sus bajas pero encantadoras colinas.
Villa Parque Síquiman
Continuando el recorrido en el sentido de las agujas del reloj, aparece Villa Parque Síquiman. La playa de la comuna es, según los locales, la única de arena natural de todo el lago. Allí, los aires de paz crean la atmósfera perfecta para la contemplación. Otros puntos a tener en cuenta son la Bahía del Arroyo Las Catas (puerto natural que por sus dimensiones es utilizado por numerosas embarcaciones) y el espigón de pesca ubicado en la conjunción del San Roque con el Arroyo Las Mojarras. Asimismo, el visitante obtiene imponentes panorámicas del agua y las sierras desde el mirador del barrio Las Moradas.
Bialet Massé y San Roque
Ya en el extremo norte del circuito, las adyacencias de Bialet Massé (cuyo nombre corresponde al del apellido de uno de los principales impulsores de la construcción del lago, a fines del Siglo XIX), proponen al turista el encuentro con los paredones de granito que moldean la obra, y con los puestos de deliciosos quesos y salames caseros. El arribo al municipio de San Roque viene con monumento: La Plaza Federal, con las banderas de las 23 provincias argentinas y tierra de cada una de ellas, se erige además como otro interesante mirador. El resto de las mejores ropas de la aldea está, cuando no, en la costa, merced a las pequeñas playas agrestes que la honran.
El final nos hace volver a Carlos Paz, ahora para visitar como tantas otras veces el famoso “Embudo”, ícono de la región. Telón para un paseo de unos 40 kilómetros y mucho San Roque para ver.
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