Escribe: Gaspar Bachanini
La calurosa tarde del domingo villamariense fue cómplice de un campeón oriundo de Tío Pujio. La reserva de Hipólito Yrigoyen se consagró campeón en rodeo ajeno y con todas las de la ley, después de igualar sin goles en tiempo reglamentario y de imponerse 3-2 en la serie de penales.
Al frente estaba el Deportivo Argentino, que lo esperaba en su cancha para combatir cada pelota como si fuera la última y para demostrar la filosofía de juego que lleva adentro el club, desde los más chiquitos hasta la Primera división.
Durante los 70 minutos de juego se vio un partido intenso en la marca, pero monótono en cuanto a la dinámica que muchos fueron a ver. Sin embargo, ambos equipos disputaron la final como se debe, sin dejar espacios e intentando aprovechar cualquier situación de riesgo.
La primera parte se jugó muy lejos de los arcos. Con un tránsito lento en la mitad de la cancha y sin la claridad suficiente para crear peligro. Tan sólo un buen disparo de Suárez para el local que dio en el horizontal visitante y un tiro libre desviado de Ochoa sacaron por un momento la modorra de los presentes.
Por fortuna, en la segunda mitad los protagonistas salieron con otra actitud y el rumbo del partido comenzó a enderezarse. Lo tuvo el local por medio de Ñáñez, pero la figura de López comenzó a erigirse a partir de ese momento; luego un cabezazo llovido de Carpené, inquietó nuevamente a los de Sachetto. Pero la visita se notaba segura y bien plantada sobre el verde césped. Sin dejar espacios al descubierto y cuidando cada posesión con destino seguro, intentando lastimar con la velocidad de Camusso y hostigando a la defensa con el insistente Novillo.
Por su parte, los de Romero siguieron aplicando su libreto hasta el último minuto, en el cual pudo quebrar el cero con un tiro de esquina de Suárez que cruzó toda el área, rebotó en el palo y cayó mansamente a las manos de López. Casi como una señal de lo que vendría luego en los tiros desde los 12 pasos.
Penales
Argentino: Caffaratti, gol; Tais, palo y afuera; Ñáñez, gol; Suárez, detuvo López; Soardo, palo y afuera.
Yrigoyen: Ochoa, gol; Camusso, gol; Federico Novillo, detuvo Frandino; Matías Novillo, gol.
La figura
En un partido chato y sin demasiados sobresaltos, no hubo protagonistas relevantes por sobre los demás. Sin embargo, la regularidad durante el juego y la gran tarea en la serie de penales, coronaron al arquero Nicolás López como el jugador más influyente del encuentro.
El árbitro
Buena actuación de Fabricio Llovet en un partido que no presentó mayores complicaciones. Contó con la colaboración de los protagonistas y estuvo bien acompañado por sus asistentes Matías Acosta y Diego Dragonetti.