Escribe: Federico Gazzoli
Que el fútbol muchas veces no entiende de merecimientos, no es ninguna novedad, y eso quedó nuevamente demostrado en la tarde de ayer, cuando el Deportivo Argentino consiguió desde una definición por penales el pasaje a la final del Clausura de la Liga Villamariense, tras perder 2 a 0 ante un Rivadavia que durante los 90 minutos fue netamente superior e hizo méritos suficientes como para liquidar la serie sin necesidad de llegar al desenlace desde los doce pasos.
Sin embargo, en los duelos personales entre el pateador y el arquero, Argentino hizo todo bien a la hora de la ejecución y Rivadavia, en los pies de Lucas Giménez, apenas falló una vez y toda la celebración fue villamariense.
Desde el pitazo inicial, los dirigidos por Marcelo Santoni, obligados por la necesidad de revertir los dos goles de ventaja que el “Lobo” obtuvo en el encuentro de ida, tomaron el protagonismo del encuentro y a fuerza de una gran vocación ofensiva, arrinconaron a los de Christian Romero dentro de su área en reiteradas ocasiones.
El flagelo mayor de Argentino fue la falta de presencia en la mitad de la cancha, hecho que Rivadavia aprovechó a la perfección comenzando a ganar el partido en ese sector. Allí apareció la inmensa figura de Rodrigo Santoni que, con su gran despliegue, se convirtió en un pilar fundamental del buen juego que mostró el equipo cabralense durante la etapa inicial.
Así las cosas, la visita tuvo su primera chance clara de gol a los 7’, cuando Santiago Domínguez apareció solo por la izquierda y frente a frente con José Gobbi metió un derechazo rasante que el uno tapó con su pie izquierdo.
En la siguiente, a los 12’, en un tiro libre desde la derecha, Marcos Berterame apareció por el segundo palo para empujar un balón que salió por encima del travesaño.
La tercera finalmente fue la vencida: en una nueva jugada a balón parado impulsada por Antonio Russo desde el sector derecho, Federico Ferrer mató el balón con el pecho en cercanías del punto penal y definió con un derechazo cruzado para poner al “Verde” 1 a 0.
Rivadavia siguió insistiendo y siendo el único dueño del partido, ante un Argentino que siguió mostrándose dormido y sin ofrecer resistencia ni reacción ante el asedio del rival. Así fue que de tanto insistir, cuando el reloj marcaba 37’, se encontró con la segunda alegría de la jornada.
La defensa local despejó el balón hacia el medio para que allí apareciera Rodrigo Santoni, desde aproximadamente 25 metros, para impactar de primera el balón mediante un derechazo soberbio que se coló pegado al palo izquierdo de Gobbi para convertirse en el 2 a 0.
Para el complemento, los de Arroyo Cabral aflojaron el ritmo agobiante que habían propuesto durante los primeros 45’ y por ello fue que ya no lograron atacar con la claridad que los había puesto dos goles arriba en el tanteador.
Debido a esta situación, Argentino comenzó a tener más el balón, pero nunca pudo lastimar en ofensiva, en una tarde en la que sintió la falta de claridad de su goleador Mauro Fuente. Mientras tanto, los de Santoni apostaron sus fichas a intentar por medio de algún contragolpe, pero la defensa del “Lobo” se mostró mucho más firme y segura que en el primer tiempo.
Así fueron transcurriendo los minutos en los que el visitante sintió el desgaste físico, quizás debido a que sus jugadores más experimentados sintieron en mayor medida el cansancio.
Con el pitazo final del árbitro Ricardo Olmedo llegó la lotería de la definición por penales, en la que la victoria puede ser para cualquiera, sin importar lo que sucedió durante el tiempo reglamentario. Allí la suerte, o la precisión, estuvo inclinada hacia el lado de un Deportivo Argentino que obtuvo el tan ansiado pasaje a la final, donde se verá las caras con Atlético Ticino, luego de que Lucas Giménez definiera por encima del travesaño y que Ramiro Cortez se llenara la garganta de gol definiendo la serie con un derechazo al medio, para desatar la algarabía de un “Lobo” que está de fiesta y que vuelve a tener la posibilidad de obtener la corona de campeón.
La figura
Franco Santoni: gran despliegue del mediocampista central, que apareció en todos los sectores de la mitad de la cancha para quitar pelotas importantes y entregarlas siempre con buen criterio. Bien acompañado por Marcos Berterame, quien ayer volvió a jugar luego de una extensa inactividad. También se destacaron Nicolas Domínguez y Federico Ferrer.
El árbitro
Buen arbitraje de Ricardo Olmedo, que se mostró tranquilo para llevar adelante las riendas de un encuentro complicado, en el que había muchas cosas en juego. Solo dejó dudas en contadas acciones, pero no incidió en el desarrollo del juego ni en el resultado.