El martes 18 de diciembre falleció Luciano, a los 81 años de edad. Lo conocí en 1986, siendo yo director del Hospital Pasteur.
Luciano se presentó en la Dirección como integrante de los Alcohólicos Anónimos (AA), para solicitarme autorización para poder visitar la institución y ofrecer su ayuda y la del grupo de AA a pacientes que requirieran de dicha organización.
Le propuse que habilitásemos un consultorio para tal fin, organizado y orientado por ellos mismos.
Durante años, Luciano y otros compañeros concurrieron al Hospital, sistemática y puntualmente, dos veces por semana atendiendo y recorriendo las salas de internados.
Su continuidad, compromiso, solidaridad y hombría de bien, le hicieron ganar el respeto y consideración de todos quienes los conocíamos. Luciano concurría con folletos, noticias y publicaciones sobre la problemática del alcoholismo y difundía las actividades de AA.
Participé con otros profesionales de la ciudad y región, en muchísimas charlas organizadas por su grupo, motivados por el dilema, pero reforzado por la convocatoria personal de Luciano.
Se fue un gran hombre, simple en su vida y su trato pero profundo en sus convicciones y en su compromiso de lucha por una causa noble. Se fue un pionero, un fundador.
En su partida lo despido con un inmenso reconocimiento a su labor y ya no como Luciano de AA, sino con un público “Gracias Luciano Alarcón”.
Gracias por tu ejemplo y por la inmensa ayuda que dispensaste durante décadas a tantos que lo necesitaron y siempre la encontraron.
Carlos Gagliano