Hay varios jóvenes del barrio que son parte de la batucada que cada verano brilla en el corsódromo villanovense. La ciudad tiene a los Carnavales Gigantes como una de sus tradiciones que perduran con el paso del tiempo y es esta fiesta la que acapara el interés de muchos jóvenes. Diego Gobatto es uno de ellos.
Del diálogo de EL DIARIO con integrantes de la batucada surge que para todos es una verdadera fiesta el participar. Hay quienes, sin embargo y pese a no ser parte de las comparsas, lo disfrutan por igual. Tal el caso de Jonathan David Díaz (19), quien vive junto a su hermana Nadia y su cuñado Sebastián en Córdoba y Belgrano. “Antes vivía en la curva de la avenida Libertad, hasta que me vine al Malvinas y me encantó. Es un lugar muy tranquilo y los pibes son bárbaros, muy buenos. Me siento a gusto”, confió.
Criticó el estado de la calle en este punto: “Cuando llueve es un desastre, se forma una laguna, nosotros tuvimos que ponernos con la pala a hacer un desagüe, si no era un desastre”, contó exhibiendo lo realizado para el escurrimiento de aguas.
Jonathan es albañil y trabaja en una empresa de la construcción, labor que lo gratifica, según contó. No le gusta el estudio y por eso dejó el sistema educativo en el primer año del secundario. No se arrepiente. “No me gusta; a mí me gusta trabajar, tener mis cosas, poder comprarme lo que yo quiero”, declaró el joven, que tiene novia.
Le gusta todo lo que existe en Villa Nueva y nombra la movida nocturna con “Ciro” y “Aruba”, las discos situadas en barrio La Floresta. “Se arma mucho lío”, dijo lamentándose respecto a lo que ocurre en torno a la segunda de las confiterías.
“Me gusta Villa Nueva, es mi ciudad, mi gente, yo nací acá”, recalcó. Entre las costumbres simbólicas de esta localidad, citó el Carnaval como una de las esenciales.
“Yo nunca estuve en una batucada porque lo mío es mirar, a mí me gusta ser espectador. Me parece un buen show y me interesa la competencia entre los barrios en el corso”, confió.