Alba Cabrignac ha visto el paso de los años para este barrio que adoptó hace ya mucho tiempo. Hoy tiene una despensa en calle Belgrano 1420.
Mientras su hija Nancy atiende a los clientes, ella dialoga con EL DIARIO.
“Cuando vinimos ya teníamos a la nena, la que ahora es esta joven que está atendiendo, mientras que el varón nació cuando ya estábamos acá. Emprendimos un negocio muy chiquito que fue funcionando en distintos lugares de esta casa”, explicó.
“Lo abrimos con todo prestado, hace 28 años, porque Nancy tenía 6 años y hoy tiene 34”. “Toda una vida desde este lugar”, graficó.
Alba explicó que si bien estaba poblado de viviendas, el sector “se encontraba muy desolado, ya que no había plantas y recuerdo que el calor se sentía fuerte”.
Las casas ya estaban construidas porque eran parte del Plan de 124 Viviendas creado por el Gobierno de la Provincia de Córdoba, a través del Instituto Provincial de Viviendas (IPV).
A raíz de esta circunstancia, aquí todos se conocen y han sido testigos y partícipes de las épocas en conjunto, conformando una gran comunidad. “Los vecinos somos siempre los mismos, los de aquel entonces, aunque ha llegado gente nueva”, apuntó Cabrignac.
Explicó que cuando arribó junto a su esposo Jorge y su hija mayor (el otro hijo se llama Carlos), había energía eléctrica y agua potable.
“Tener el gas nos costó mucho tiempo, mucho esfuerzo, dedicación y pelea. Demoraron mucho en darnos, pagamos la red y tuvimos que esperar 10 ó 12 años para contar con ese servicio”, describió.
Tiempo después llegarían las cloacas y, actualmente, el sector posee todos los servicios básicos. “Lo que no tenemos es pavimento y es algo que realmente es necesario porque los desagües están mal hechos”, precisó.
“Cada vez que llueve, se inunda una parte del barrio, en la cuadra siguiente”, se quejó. “El cordón cuneta está desde siempre y sin embargo, se inunda una parte, quiere decir que no funciona correctamente”, evaluó la entrevistada.
“Cada vez que escucho algo de las Islas se me eriza la piel”
“Todo el mundo, todos nosotros deberíamos estar allí”. Alba no dudó en dar esa afirmación cuando se le preguntó cómo vivía los actos protocolares en la plaza del barrio, cada vez que se rememora el inicio de la guerra por las Malvinas Argentinas, el conflicto bélico de 1982.
Como se sabe, cada abril el intendente encabeza el acto en conmemoración a los caídos en la guerra impulsada por la Junta Militar que gobernó el país desde 1976 a 1983.
“Cada vez que pasa algo relacionado a las Islas o escucho algo por televisión, se me eriza la piel por vivir aquí. Sin embargo, somos reacios a ir a los actos, tal vez hay desinterés de algunos, no lo sé, pero todos tendríamos que asistir”, consideró la señora.
Lo mejor y lo peor
Consultado sobre lo positivo del Malvinas, Alba remarcó que los vecinos “son muy solidarios y muy buenos” y que son, en su mayoría, los mismos de siempre. Por otro lado, dijo que hace falta más seguridad.