Escribe: Federico Gazzoli
Hizo pesar la experiencia de alguno de sus jugadores a la hora de disputar una final y revirtió la historia. Pasó de jugar un primer tiempo flojo a desempeñar una etapa complementaria en la que fue muy inteligente para golpear en los momentos juntos. Fue siempre fiel a su ideología a lo largo del campeonato y terminó celebrando. Así gestó el Deportivo Argentino el nuevo título que alcanzó en el Torneo Clausura “Bernardo Darío Vicario” de la Liga Villamariense, tras derrotar 2-1, en una apretada definición, a un más que digno Atlético Ticino. Un rival que dejó el alma en la cancha para tratar de alzarse con el título con el que tanto se había ilusionado su gente, de la mano de un entrenador como Germán Vicario que armó un equipo conformado por mayoría de jugadores del pueblo que rindieron más de lo que varios esperaban, pero que por esas cosas del fútbol, a pesar de haber hecho ayer el mayor gasto como para quedarse con el triunfo, se terminaron quedando con las manos vacías.
Desde el pitazo inicial se pudo ver en cancha a un elenco visitante que salió decidido a buscar el partido, atacando tanto por el centro, de la mano de un inspirado Emanuel Coria, como por los laterales, gracias a la subida de los volantes Matías Rodríguez y Gonzalo Bértola. Mientras, el hombre al que todos miraban, Ayrton Páez, en los primeros instantes se lo vio lejos de la pelota, pero con el correr de los minutos se fue adaptando al partido y comenzó a adueñarse de ella para intentar desequilibrar sobre el área rival.
Del otro lado, el “Lobo” se mostró desconcentrado a la hora de pararse dentro de la cancha y para manejar el esférico, sobre todo en la mitad de la cancha, sector en el cual los de Ticino comenzaron a gestar sus mejores maniobras.
Así, Atlético inquietó en reiteradas ocasiones sobre la meta custodiada por José Gobbi, situaciones en las cuales falló en la definición o se encontró con buenas respuestas del joven portero.
El dueño de casa sólo intentó por medio de un remate de media distancia de Claudio Díaz que salió por muy poco arriba del travesaño, o con centros imprecisos que Diego Fantino o la defensa ticinense despejaron sin complicación alguna.
De tanto buscarlo, el “rojiblanco” se encontró con la alegría a los 20’, cuando Emanuel Coria quedó mano a mano con Gobbi, el jugador de Ticino definió de zurda, el uno tapó mediante una gran atajada, pero la suerte la jugó una mala pasada ya que Germán Danna se llevó la pelota por delante para meterla en su propia puerta y darle el 1 a 0 al elenco visitante.
Después de la algarabía por el triunfo parcial, el Atlético tuvo más situaciones para ampliar la ventaja, pero falló en la definición y lo terminó pagando caro.
Es que cuando se disputaba el primer minuto de la etapa complementaria, a la salida de un córner, Mauro Fuente envió un centro desde la izquierda para encontrar en el punto penal a un solitario Carlos Jacobi, que tuvo todo el tiempo y la libertad necesaria para acomodar su cuerpo e improvisar un cabezazo que se terminó convirtiendo en el 1 a 1.
Allí comenzó otra historia: Deportivo Argentino se tranquilizó y luego de un primer tiempo en el que no hizo casi nada bien, se relajó y empezó a jugar el partido como una final.
Tuvo el segundo tanto en sus pies en un par de ocasiones Ramiro Cortez, pero falló a la hora de la definición y estiró la definición hacia la última parte del encuentro.
Mientras, los de Ticino continuaron teniendo más posesión del balón, aunque a diferencia de lo acontecido en los primeros 45’, sin la precisión necesaria como para llegar a inquietar a Gobbi.
Parecía que la coronación de un nuevo campeón se estiraría para el próximo domingo en Plaza Ocampo, en un tercer y definitivo encuentro, pero el fútbol siempre tiene sorpresas de esas que justamente hasta pueden llegar a definir un campeonato. Es que con un Atlético Ticino jugado al ataque, Fuente recuperó en su propio terreno la pelota y metió un certero pelotazo cruzado para asistir a Ramiro Cortez, que se escapó magistralmente en velocidad de la marca de Elías Acosta y, ante la salida de Fantino, definió cruzado de derecha para dar vuelta la historia, marcando el 2 a 1 con el que el “Lobo” pudo rugir más fuerte que nunca la palabra campeón.