La madrugada del domingo 22 de julio dejó un saldo de una fuerte pelea entre jóvenes, con heridos de arma blanca. Era el inicio de una encendida polémica en torno a la disco “Aruba”. Cinco heridos, quince detenidos... y el intendente Guillermo Cavagnero decidiendo revocar la habilitación del boliche. Versión oficial: “No se garantizaba la seguridad de los concurrentes ni de los vecinos del sector”, “fue la gota que rebalsó el vaso”. El Gobierno llamó a conferencia y dijo que un informe de la Policía refirió que en 2011 y en lo que iba de 2012, hubo 35 detenidos por problemas suscitados en torno a la confitería.
El abogado de la disco, Marcelo Martín Silvano, les salió al cruce, negó infracciones y remarcó que en los libros de inspección no constaban anomalías.
Los dueños de “Aruba” fueron a la Justicia de Villa María y presentaron una acción de amparo: mientras se resuelve la cuestión de fondo (que aún no se hizo; el juez tiene que determinar si es correcta la decisión de Cavagnero) se les posibilitó seguir funcionando.
El 14 de setiembre, numerosos vecinos del barrio La Floresta, donde está emplazada la misma, fueron al Concejo Deliberante y reclamaron el cierre, contando episodios de violencia y desmanes a la salida de la disco.
En noviembre, finalmente y por mayoría, el Deliberante revocó la cesión que el municipio le había hecho a la mutual de Policía del predio en el que funciona el boliche. Esto había ocurrido en 1991 a cambio del cumplimiento de un fin social, lo que aparentemente no se concretó. En 2005 esa mutual le alquiló el lugar a los propietarios de “Aruba” y en 2012 se volvió a firmar un nuevo contrato de alquiler por 3 años. Se desconoce ahora qué sucederá en 2013; por lo pronto el boliche sigue abierto. El establecimiento nocturno sostiene que es ajeno a la relación mutual-municipio y se considera “tercero de buena fe”.