El bloque oficialista del Concejo Deliberante, junto a los representantes públicos y privados del Mercado de Abasto Sociedad de Economía Mixta, anunciaron el pasado 17 de diciembre la presentación de un proyecto de modificación de la Ordenanza 1.177, que regula al ente concentrador desde el año 1965.
“La intención central es darle mayor calidad a la norma, proveyéndole de varios aspectos que ya estaban establecidos en el Reglamento Interno, pero no en la Ordenanza, que sólo tenía cinco artículos”, había señalado en la ocasión el edil Mauro Beltrami.
El espíritu de la modificación apunta a prohibir la venta al por mayor por fuera del Mercado y evitar que productores o quinteros, tanto internos como externos, puedan comercializar con el minorista.
Ante dicha situación se sintieron perjudicados los repartidores de huevos de la ciudad, a quienes se les exigiría llevar su producto al Mercado para ser comercializado. Ante esta situación, la representante de este grupo de comerciantes, Analía Nicolli, expresó el rechazo a esta nueva medida.
“En la Municipalidad, aunque tendrían la obligación de hacerlo, no me quieren dar el proyecto que prevé la modificación de la ordenanza. Queremos obtenerlo para informar, porque por ejemplo los changarines están en el aire. No saben si se va a aprobar o no ni saben cuál es su situación. Lo necesitamos para tener bien en claro qué es lo que se pretende modificar y después informarles qué es lo que está sucediendo. A ellos los puesteros les dicen que no se preocupen porque los van a poner en blanco, pero ellos tienen una nube de dudas con respecto a todo”, señaló la abogada.
El día 23, del mismo diciembre, los repartidores de huevos expresaron en este matutino su disconformidad con la actualización de la ordenanza. Dicha nota trajo sus consecuencias, que la propia Nicolli contó. “Después de la nota nuestra que salió en EL DIARIO, Víctor Fernández, que tiene un puesto de huevos en el Mercado, se comunicó con nosotros diciéndonos que nosotros habíamos entendido mal las cosas, que la ley no era así. Pero él no es concejal y no es el que va a aprobar la ley. Además él tiene a sus hijos repartiendo en la calle, haciendo lo que hacemos nosotros y que ahora quiere modificar. A nosotros no nos sigue conviniendo la propuesta que ellos tienen de focalizar todo en el Mercado”, relató.
Además la letrada se refirió a otros aspectos que según su parecer no se adaptan a la situación actual del Mercado de Abasto, diciendo que “quieren instalar una oficina de Bromatología y me gustaría que primero vayan al lugar y vean cómo está el lugar y que de ahí en más analicen si se puede poner una oficina de Bromatología ahí. Cualquiera de los depósitos que tiene cualquier repartidor de huevos de la ciudad es mucho más higiénico que el Mercado de Abasto. Yo he trabajado ahí y sé claramente cuál es la situación. Antes de hacer algún cambio tendrían que cambiar las instalaciones del Mercado, para que el cambio sea coherente. Hay que mejorar absolutamente todas las instalaciones. Adentro hay cualquier tipo de bichos de cuatro patas que uno se pueda imaginar”.
La asesora legal también comparó la situación del mercado villamariense con respecto a lo que sucede en otros puntos de la provincia.
“Para ingresar al Mercado a comprar hay que pagar un precio, y evidentemente de ahí se obtiene una ganancia, entonces es algo ilógico que ahora se quiera centralizar todo allí. Esto no sucede en ningún mercado de la provincia. Yo conozco los de Río Cuarto y Córdoba. En esta última ciudad está el Mercado y si se quiere ingresar a comprar hay que pagar un precio justo para el mantenimiento de las instalaciones, que son increíbles. Pero si alguien quiere comprar fuera del Mercado hay 20 cuadras a lo largo vendiendo lo mismo que se vende en el Mercado, sin ningún tipo de problemas. La gente elige dónde quiere comprar. Acá en Villa María se quiere imponer un pasaje directo para realizar la compra, pero no debería ser así. Ahora nadie es libre de venderle a quien quiera y sí o sí tenemos que pasar por un mismo lugar todos, es una locura. Sentimos sin dudas que la Municipalidad tiene intereses económicos con la modificación de la ordenanza”, aseguró.
Finalmente Nicolli también se refirió al comportamiento de los puesteros que actualmente están instalados en el Mercado, aludiendo que “el Mercado de Abasto de Villa María se está viniendo abajo, no es más el que era antes, porque los puesteros tienen esa modalidad de que si aumenta un poquito la verdura ellos la llevan por las nubes, entonces la gente se ha cansado. Si vas un domingo a comprar un cajón de tomates sale 120 pesos y a lo mejor un martes, si no se vendió bien el domingo, cuesta 60 pesos. No hay una unidad en el precio. Como saben que la poca gente que va a comprar ahí tiene necesidades la oferta es abusiva. No se está trabajando como sí se hacía hace muchos años. El lugar se está viniendo abajo, está en decadencia, entonces ahora quieren empezar a imponer este tipo de cosas como que todo pase por ahí y que la gente no se pueda ir a comprar a otro lado. ¿Cómo se le va a pedir a un verdulero que no se vaya a comprar a Córdoba cuando allá consigue la mercadería prácticamente el 80% más barata? Lo mismo pasa con los changarines, con quienes también se abusan demasiado, los tratan como quieren y les pagan lo que se les antoja”.