Está ahí, suspendido a la vista de miles de personas que cotidianamente se preguntan: ¿para cuándo el nuevo puente?
El Vélez Sarsfield fue decretado “obsoleto” en 2008, tanto por el intendente de Villa Nueva, Guillermo Cavagnero, como por el de Villa María, Eduardo Accastello, y se anunció con bombos y platillos la obra de un nuevo paso destinado a unir a las dos ciudades: las dos hermanas que tienen, además, el Juan Bautista Alberdi, el Isidro Fernández Núñez y el carretero de ruta 2.
El 17 de noviembre pasado, cuatro años después de que comenzaron los preparativos formales para el inicio de la obra, el intendente Eduardo Accastello contó que se estaba esperando la aprobación de parte de la Dirección Nacional de Vialidad para los accesos definitivos y que en 45 días se podría estar reiniciando la obra, es decir por estas horas. Se estima que de reiniciarse demandará no más de tres meses la conclusión total.
Hace un año, en enero de 2012, se montaron los tramos superiores de los arcos metálicos que sostienen la parte superior de la megaestructura.
En junio de 2011, Cavagnero y su par villamariense, Accastello, mientras hacían campaña por sus respectivas reelecciones (que consiguieron) visitaron la obra y se estimó que iba a estar lista para ese octubre. No ocurrió.
Los trabajos ya se hacían visibles -en esa campaña rumbo a seguir sentados en el Sillón de la Intendencia- luego de meses en que los obreros estuvieron haciendo la estructura a unos 30 metros bajo el agua.
En diciembre de 2008, hubo polvareda en el Concejo Deliberante de la ciudad cuando se trató el convenio con la Nación para la construcción del paso y que estipuló un costo mayor al original. Es que se había avalado anteriormente un convenio que preveía un valor de 14 millones de pesos, pero luego la partida se incrementó hasta poco más de 19 millones. Así, se fijó en el Presupuesto 2009 un envío de la Nación de casi 10 millones para tal fin, igual al monto que se pautó girar hacia Villa María.
El radicalismo había puesto el grito en el cielo: “Nosotros consideramos que es una obra importante, necesaria, pero hay otras que son prioritarias. Con las últimas lluvias hacía falta un puente en cada esquina. Es un capricho de dos personas: Eduardo Accastello y Guillermo Cavagnero, en lo que parece una fusión de dos localidades”, atacó en ese entonces el edil Javier Pérez, de la Unión Cívica Radical.
En junio de 2009 comenzaban las primeras tareas. El gerente de la empresa que ganó la licitación (Vialco), Carlos Rodríguez, se mostró en los días previos con el intendente Cavagnero en el acto en que se firmó el contrato de construcción, en el Salón Meet House del complejo Agua Clara.
El empresario dijo esa mañana que se ejecutaría en veinte meses “o menos”.
Vialco SA -con sede en la Capital Federal- había presentado el presupuesto de menor costo en abril de ese año, en el que cuatro firmas estuvieron en pugna para la construcción: lo fijó en 32.011.038 de pesos, pero con un descuento del 30% que lo bajó a 22.366.112,33, sobre un presupuesto oficial de 19 millones de pesos.
Hoy se ve en ambas orillas el cartel que indica como fecha de inicio de la obra el mes de junio de 2009, con ese presupuesto de más de 22 millones de pesos y el sello del Eninder, el ente intermunicipal.