Los jugadores profesionales de fútbol suelen tener historias muy particulares. Muchos conocen ciudades en pocos meses, vuelven a su lugar de origen o buscan desafíos en otros horizontes, casi siempre pensando en triunfar o en lograr la necesaria continuidad.
El caso de Matías Espíndola, uno de los dos refuerzos que sumó Alumni para la reanudación del Argentino A, no es una excepción a la regla.
El formoseño, de 26 años, hizo inferiores en Córdoba, jugó la Copa Sudamericana en Paraguay, volvió a su ciudad para el Argentino A y alcanzó notoriedad en la B Nacional, actuando para un equipo de Corrientes.
Desde hace algunos días, su lugar en el mundo es Villa María, donde tratará de plasmar sus vivencias en la cancha para que Alumni tenga una dosis mayor de juego.
Es por ello que, como el resto del plantel, el jugador trabaja a conciencia en la pretemporada y busca adaptarse de la mejor manera, mientras sus compañeros empiezan a conocerlo.
“La verdad es que estoy muy contento; uno cuando llega a un club lo hace con muchas expectativas y me encontré con un grupo muy bueno y con un cuerpo técnico de muy buena calidad de gente, así que trataré de hacer las cosas bien”, comentó ayer Espíndola en diálogo con EL DIARIO, que lo entrevistó por primera vez desde que llegó a la ciudad.
Recién llegado desde Boca Unidos, club con el que jugó la B Nacional, Espíndola parece sentirse bien en el plantel.
“Al único que conocí fue a ‘Fede’ Silvestre, con quien estuve en las inferiores de Instituto, pero ya me venía comunicando con él y me comentó cómo venía el grupo y todo”, reveló el delantero.
Ahí nomás, Espíndola tiró un dato: Ya conocía la provincia desde juvenil, cuando llegó a Instituto para probar suerte. Por entonces tenía 16 años y ya había debutado en Primera.
Es que, a los 15, el nativo de Clorinda hizo su presentación en la segunda división de Paraguay, jugando para Rubio Ñu, un club de Asunción que hoy se encuentra en la Primera de ese país.
“Después de esa experiencia tuve la oportunidad de venir a las divisiones inferiores de Instituto, dos años de cuarta, después reserva y de ahí pasé a Sportivo Patria para jugar el Argentino A”, rememoró el delantero.
Una buena campaña en el equipo formoseño le sirvió a Espíndola para probar suerte en Olimpia de Asunción, un grande de Paraguay.
“Allí estaba Gustavo Costas como técnico y me dio la posibilidad de formar parte del plantel, jugamos la Sudamericana, pero después me llamaron de Boca Unidos de Corrientes”, recordó.
En el conjunto del litoral, Espíndola tuvo seis meses muy buenos, en los cuales alcanzó continuidad, marcó algunos goles y se adaptó a la B Nacional. Sin embargo, como suele suceder en muchos casos, una enfermedad le cortó un poco las alas.
“Con Boca hicimos una buena campaña y cuando estaba manejando la posibilidad de jugar afuera, me agarró peritonitis, entonces estuve seis meses parado”, confesó.
En esos tiempos duros, al delantero se le achicaron las buenas opciones que barajaba para el futuro. “Necesitaba jugar y, como estaba parado, tuve que ir a Guatemala, pero desde allí volví a Boca Unidos porque me llamó el presidente”, indicó.
En ese sentido, Espíndola separa sus dos ciclos en Boca Unidos, uno muy positivo y otro no tanto.
“Los primeros seis meses fueron buenos en lo personal porque tuve la posibilidad de jugar, pero al volver de Guatemala no fueron muchos lo partidos que jugué y eso me llevó a tomar la decisión de rescindir contrato porque tengo 26 años y, más allá de todo, el futbolista siempre quiere jugar”, expresó. “Hoy estoy acá y espero aprovechar esta oportunidad”, enfatizó después.
Media punta
Consultado sobre su lugar constante en la cancha, Espíndola aseguró: “Siempre jugué de delantero, a veces me tocó jugar de enganche, pero en el puesto que siempre me siento cómodo es de media punta”.
Más allá de esto, el atacante piensa en el equipo y en los objetivos primordiales.
“Siempre, cuando llegás a un club, tenés desafíos; hoy Alumni no se encuentra en una buena posición, pero si mirás la tabla, te das cuenta de que metiendo tres partido al hilo de tres puntos podés posicionarte bien y, quién dice, hasta pensar en pelear en otra rueda”, avizoró.
En cuanto al Argentino A, torneo que ya disputó con Patria, comentó: “Tal vez no se puede jugar tanto como en la B Nacional, pero siempre hay que intentar jugar al fútbol porque así son más los partidos que vamos a ganar”. Además, resaltó que “motiva enfrentar a equipos grandes en la zona”.
Por lo pronto, el formoseño se adapta en los trabajos y en la parte humana, algo que rescata mucho tras el día a día con sus compañeros y el cuerpo técnico, de modo que subrayó: “Acá hay una calidad de gente muy linda. En la mayoría de los clubes donde uno va encuentra ciertos grupos divididos, pero acá no se nota; eso es muy bueno porque ayuda a que el trabajo sea mejor”. Y añadió: “El cuerpo técnico nos da la confianza para que trabajemos, estamos en la preparación física y ya vamos a agarrar más la pelota, que nos pondrá más finos”.
Después Espíndola tendrá más tiempo de conocer el ámbito en el que vivirá estos meses y al que representará con los colores de Alumni.
“Llegué el 2 de enero, a las 4, así que dormí un rato hasta las 11, a la tarde me integré al grupo y todavía no conocí lo que es la ciudad, aunque cuando vamos con el plantel hacia el club se nota que es una ciudad linda; espero conocerla mejor”, expresó.