Por primera vez, el evento que se realizó el domingo entregó premios a sus artistas. En la edición 2013, los galardonados fueron el niño villamariense Antonio Nallino, como Revelación, y don Victoriano Puglié, como Consagración.
Si bien el Festival tuvo el domingo una asistencia récord calculada en tres mil personas, el frío desalentó la permanencia del público, que se fue retirando de la explanada del Libertador desde las 22 en adelante.
La ceremonia de premiación aconteció momentos previos a la actuación de Puglié, que a sus noventa años aún sigue fatigando escenarios. Con ambos extremos etarios se representó la doble faz de los intérpretes del tradicional instrumento. Por un lado, la veteranía de muchos de sus cultores, y por el otro, la promesa de las nóveles generaciones.
En la misma velada, desde la Universidad Popular se había entregado una plaqueta de reconocimiento a Oscar Lucarelli, el impulsor de la fiesta desde hace nueve años.
Lucarelli tiene siempre un papel protagónico esencial, habida cuenta que además de coorganizar el encuentro, acompaña a varios artistas con el piano o el acordeón y presenta a sus jóvenes alumnos. Su entusiasmo es tal que reúne cada año a más artistas, y prometió que la Agrupación de Acordeonistas de Villa María presentará a "casi 30" integrantes en 2014.
En diálogo con nuestro cronista, Lucarelli se declaró "sorprendido y agradecido" por el galardón que le entregó Sebastián Capurro, de la Universidad Popular. A sus 74 años, lleva 60 con la música. Nació en Villa María, pero su éxito como artista lo recibió cuando se fue a vivir a Córdoba, donde integró la orquesta de Heraldo Bosio durante siete temporadas, para luego fundar dos orquestas propias, una con su nombre y luego la más famosa, el "Conjunto Serpentina", con la cual recorrió el país. Los acordeonistas, por lo que se vio, van incorporando año a año nuevos atractivos a su fiesta: por ejemplo, abundan ahora los que además de ejecutar el instrumento, vocalizan algunos temas. Tal el caso de Heraldo Belletti, Walter Rossetti y Emilio Palmisano, quienes cantaron "Ciao, Morettina", en su idioma original.
Otros visitantes ofrecieron acompañamiento con batería, lo cual no es del agrado de todos los intérpretes, más afines a los shows tradicionales.
La gran afluencia de público y la de artistas (algunos se descuelgan sin avisar) hace pensar en que el Festival exige duplicar las noches, para dar lugar a todos. La novena edición cerró a la 1 de la madrugada del lunes, cuando el escaso pero entusiasta público que resistió el frío reclamaba uno y otro bis a todos los acordeonistas, que como siempre despidieron la velada tocando juntos.
Narración en la Medioteca
<Hoy las 22 se presentará el espectáculo “Hombre y mujeres, encontrados”, de Lili Bassi y Sylvia Pereyra, narración oral para adultos, en la Medioteca, Sabattini 40.