Alberto Saine se instaló ocho años con su ferretería de calle Lima. “Soy de Villa María. Tenía un comedor, se me terminaba el contrato y ya había tenido una ferretería de la que me habían sobrado cosas. Un día pasé por acá y decidí abrir este local”, le contó a EL DIARIO.
“Arrancamos en un garaje de 4x5 metros y a los dos años y medio nos instalamos en esta esquina”, narró y se mostró contento porque la gente respondió muy bien.
“Esta calle tiene hoy un importante movimiento, se puso a la altura de una arteria principal. Y los vecinos son muy buena gente; además, tenemos afluencia de quienes viven en campos y llegan a CEPRA, pasan y compran”, manifestó.
Consideró que no le falta nada al barrio y opinó que Villa Nueva está creciendo mucho. Sobre el Changomas, interpretó que “trajo gente a la zona, gente que circula por aquí y que siempre nos compra algo a los que estamos”.
Sergio Cacho Aguilar (foto derecha) se radicó con su quiosco en barrio Villa del Parque, pese a que es de La Floresta, sector al que ama y con el que se siente plenamente identificado. El hecho de que “mi señora tenga su casa de nacimiento acá y siempre haya querido tener un negocio en la vivienda de sus padres”, explica por qué abrió su negocio sobre calle Lima, hace 11 años.
Por su permanente contacto diario con numerosos habitantes del barrio, es voz autorizada para hablar del mismo. “Este es un sector tranquilo, con alto poder adquisitivo y tiene todos los servicios. Es un barrio lindo y completo”, definió.
En la balanza, pesa el hecho de que le falte “una institución para el desarrollo deportivo de la gente que vive acá”. “No lo tiene. Antes estaba el Club 9 de Julio, pero ahora no; y el de EPEC es más para sus asociados que para el barrio”, indicó.
“En estos 11 años hubo construcciones nuevas, se han hecho complejos de departamentos, se percibe que el auge de la construcción ha llegado acá”, sostuvo. Aguilar dijo, además, que los villamarienses eligen alquilar en este sector.
Sobre el Changomas, situado en La Floresta, pero con inevitable repercusión en este barrio, declaró que “no sé si benefició a la zona, pero lo importante es que no la perjudicó, que es lo que se temía”. “Se podría decir que a todos nos puede haber quitado un poquito de ventas, pero no destruyó el comercio, que es lo que se podía pensar” y evaluó que la atención personalizada es una manera de competir con las grandes superficies.