Omar Rita es uno de los vecinos más conocidos de la calle Belgrano. Es que desde hace 25 años está al frente de un bar y desde hace 35 tiene un quiosco en inmediaciones del Parque Hipólito Yrigoyen. “Cuando vinimos, las calles eran de tierra”, rememoró al recibir a EL DIARIO.
“Acá era todo baldío, había una casa al lado, estaba el Club 9 de Julio y el Club de EPEC se empezó a formar después. Y en la zona había almacenes chiquitos”, describió, recordando al Villa del Parque de hace más de tres décadas.
“No había servicios; el alumbrado existía, pero no como ahora, y el gas y los demás llegaron después. Al pavimento lo habremos tenido hace más de 15 años”, especificó y recordó que obtenían el agua con bombeador.
Padre de dos hijos y abuelo doble, cuando abrió el quiosco, Marisel, una de sus hijas, tenía 4 años.
“Vivíamos en Villa María, nos vinimos a la esquina enfrente del Parque y no había nada. Yo era camionero y trabajaba en Parolina. Una noche llegué de viaje y me di cuenta de que no había dónde comprar nada. Por otro lado, habíamos perdido una nenita hacía poquito, entonces le dije a mi señora que le iba a poner un quiosco para que se pueda distraer”, explicó en su charla con este medio, ahondando en las razones y comienzos de uno sus emprendimientos.
“Entonces lo abrimos en el living; era chiquito y como no había nada en la zona, funcionó todo muy bien”, destacó.
Luego Omar sufrió un infarto que le imposibilitó trabajar en el transporte durante un año, mientras que en la ciudad cerró el Club 9 de Julio, que contaba con un bar, “y entonces me plantearon por qué no ponía uno y así fue. Pensé en el garaje y se fue dando; rápidamente tuvo aceptación, se llenaba y desde siempre asiste la gente del barrio”.
Abre todos los días y hace una pausa a la tarde; no cierra a altas horas de la noche, salvo que haya cenas o reuniones similares. “Es un espacio familiar”, aclaró. El mirar hacia atrás en el tiempo lo llevó a abrir el baúl de los recuerdos. “Se me fueron muchos amigos, fallecieron, gente grande y querida”, contó.
“Para mí todo es lindo, estoy muy acostumbrado a estar acá, los viejos son muy buenos, pero ahora ha cambiado un poco porque la juventud está medio brava. No sé si se ponen así cuando toman alcohol en las confiterías, no sé, pero existe menos respeto”, consideró.
“Acá tenés todo cerca; el río, el centro, el Parque, en ningún lado del país hay un Parque como el que tenemos acá”, destacó. Cuando se le preguntó si cree que la gente valora al Hipólito Yrigoyen, respondió que “los vecinos más grandes sí, pero las nuevas generaciones no” y opinó que “deberían hacer un camping, algo para que la gente acuda”.
Por último, analizó que la ciudad progresó muchísimo “y se va para arriba”, haciendo hincapié en que las orillas de la localidad “han cambiado completamente” y Villa Nueva “está grande, ha crecido mucho en los últimos tiempos”.