“Nada parecido a un cono”

 

Señor director:

¿Vale la pena? Pregunta que circula por mi cabeza y es donde las respuestas se ausentan y se hace todo más confuso. Digo esto porque me tocó vivir un momento muy especial, donde parece ser que cumplir con una función no sirve de nada y la verdad es que por más que lo pienso, siento que sí, ¡que lo vale!

Mis compañeros y yo cada día luchamos tratando de corregir y ordenar el tránsito de nuestra ciudad, donde permanentemente somos víctimas de insultos, amenazas y agresiones físicas, como me tocó vivir unos días atrás, el desprecio hacia la vida del otro. Hago cualquier cosa para salvarme de un control vehicular, como girar en “u” para evitarlo, circular por la vereda  y en contra mano con la moto, hacer marcha atrás si voy en auto, no frenar y acelerar con el vehículo y de última encaro a los inspectores, como si fuéramos conos.

Y es el punto donde hay que saber distinguir las cosas. Un cono es un elemento de seguridad, de un material sólido, de un color llamativo, que cumple con la función de alertar al conductor de un vehículo para que adopte una medida de precaución. 

¡Un inspector no tiene nada parecido a un cono! El inspector es un ser humano capacitado para cumplir una función pública. Nosotros, los inspectores de tránsito, tenemos familia, hijos que queremos ver crecer como cualquier ciudadano. Cumplimos con nuestra función día a día y no podemos permitir que un ciudadano que no quiera respetar las leyes de tránsito o cumplir con las ordenanzas municipales como tener toda la documentación correspondiente para circular con su vehículo, llevar el casco protector o el cinturón colocado, ponga en riesgo nuestra integridad física y la de terceros, sin medir consecuencias, a tal punto de llevar por delante con su vehículo a un inspector que nada más está cumpliendo con su trabajo. Nada justifica esa acción. No podemos y no debemos acostumbrarnos al desprecio por la vida.

Soy inspector y mi función es educar, controlar y usar todos los elementos que tenemos, que cada día son más y que están a la vista de todos para hacer que nuestra ciudad sea más segura para transitarla.

Luis Saire

DNI: 24.119.555

 

N de R: Esta carta enviada por el inspector de tránsito Luis Saire hace especial referencia a un hecho que fuera publicado en la edición del día 3 de enero en este matutino, en el que una joven 18 años encaró con su auto a dos inspectores y al encargado de un operativo dispuesto la noche anterior en calle Bruno Ceballos, entre Naciones Unidas y Catamarca.

 

Perros peligrosos

 

Señor director:

Permítame a través de este prestigioso medio local hacer pública una situación desagradable que vivimos los peatones del barrio Lamadrid.

Gracias a la gentil intervención de un vecino pude escapar de los dientes de dos perros que no son "callejeros", sino "domiciliados" en Pasaje Hernández 1620 (entre calles Pablo Colabianchi y Periodistas Argentinos). En el momento en que el vecino apareció con una rama en mano, los pichichos amagaron con soltar mi pantalón y pude alejarme. Allí, el señor me contó las innumerables veces que ve a diario el accionar de los canes contra peatones, ciclistas, automovilistas y todo aquel que cruce no sólo por el frente de la casa donde están, sino por casas vecinas.

Pregunto: ¿dónde se radica una denuncia formal para advertir a los dueños del peligro al que exponen a los vecinos? Me preocupa  (y me ocupo) muchísimo la cantidad de animalitos callejeros que viven una situación de maltrato y valoro el trabajo de las Organizaciones No Gubernamentales y particulares, en pos de la mejora de esta realidad, pero empiezo a preocuparme ahora por los perros que tienen dueño y casa fija a cargo de personas irresponsables.

G. C.

DNI: 20. 352.775