Testimonio de un bombero en el incendio de barrio Los Olmos
Les cuento una anécdota del día miércoles cuando sucedió el incendio del barrio Los Olmos.
Me tocó trabajar hasta las 20 aproximadamente. Cuando vuelvo al taller donde trabajo ya no quedaba nadie y no podía guardar el camión que estaba utilizando, por lo cual me fui a mi casa en ese vehículo. Al llegar, mi señora estaba un poco ofuscada porque Nacho, mi hijo de 2 años, había hecho algunas travesuras y ni me dijo ‘buenas tardes’. Lo único que dijo fue: “Agarrate al Nacho y andate porque lo voy a matar…” (risas). Bueno, me dije, yo me voy a mi segundo hogar que es el Cuartel. Pero no iba a ir en semejante camión, por lo que al tener que llevarlo a Nacho y no tener casco para la moto, en un esfuerzo sobrehumano, me subí a la bici de mi señora que tiene la silleta, con todas las medidas de seguridad. Obviamente cuando quise subir estaba con las gomas desinfladas por lo que me dirigí a pie con Nacho en la silleta rumbo a la Petrobras de la rotonda, salida a San Francisco. Una vez que inflé las ruedas raudamente llegué a los Bomberos. Obviamente estaba destrozado porque encima no sé qué le pasó a la rueda trasera que se volvió a desinflar y es como tener un collar de garrafas.
Una vez allí, Nacho se durmió y como no tenemos camas lo tuve casi una hora y 20 minutos o más encima mío (un poco de calor pasamos, je). Una vez que ‘el tipo’ se despertó le di el yogur que su madre me había preparado y nos quedamos un rato más en el casinito (lugar donde nos reunimos a pasar el tiempo si no hay para hacer en el Cuartel).
Siendo ya las 21.40 emprendo el viaje de retorno a mi casa, pasando antes por Guareschi para inflar bien las ruedas porque no tenía más piernas.
Cuando llego al semáforo de la ESIL (yo vivo en barrio Parque Norte) el guardia de Bomberos avisa que ocurrió lo que nosotros llamamos 01-101 (incendio en estructura casa habitación) e indica que en el Cuartel había sólo un bombero y empieza a solicitar personal. Como todavía estaba con Nacho en la bici, saqué fuerzas de donde no tenía y piqué llanta para casa. Nacho iba casi con el flequillo dividido.
A todo esto ya deben haber sido las 22 o un poco más, no estoy seguro, porque normalmente no miro la hora cuando llama la radio; sólo hay que salir. Desde el Cuartel ya había salido el primer camión -unidad 56- con tres bomberos. A una cuadra de casa escucho entre ruidos que ya habían llegado y pedían que le mandaran otro camión porque este se había roto y que la casa estaba toda comprometida. En ese momento casi corto la cadena de la bici.
Cuando llego a casa mi señora me dice: "¡Volviste, ya te extrañaba!" (risas). Primero te saca de los pelos y después te extraña. Cosas de mujeres. Pero le digo: "No, me voy de nuevo porque hay un incendio de una casa y parece grande".
En ese momento me ayuda a sacar la moto, me pasa el casco y me voy al Cuartel. Para ese momento ya había salido el segundo camión porque cuando llamaron para el primer autobomba, contestaron más de la capacidad de gente que la que permite el camión y ya estaban listos para salir. Ya estaba en el Cuartel junto al guardia cuando el segundo camión solicita apoyo de un camión cisterna y más personal. Me cambié y salí para el galpón. En ese trajín el jefe le indica al guardia que toque la sirena general porque ya era un pedido calificado el que solicitaba el apoyo. Ni bien llegaron los dos primeros bomberos, que no habrían pasado más de 4 o 5 minutos me fui al incendio, llegamos y abastecimos a la Unidad 62 y les dimos apoyo en lo que les hiciera falta.
Cuando todo terminó empezamos a volver y hacer el acomodamiento y limpieza para el próximo siniestro. En lo personal, me terminé yendo a casa a las 0.30 aproximadamente. El bombero que estaba en el Cuartel a la hora del incendio estaba preparando unas costeletas a la criolla, así que cuando volvimos las terminó. En el incendio me había dicho: "Espero que alguien haya apagado la hornalla porque si no vamos a tener fuego en la casa también". Obvio que cuando llegué a mi casa le pregunté a mi señora qué había para comer y me contestó: "¿En el cuartel no te dieron?" y sacó unas costeletas que tenía preparadas para que comiera...
M. E. S., en representación de sus compañeros
(Extracto de la carta publicada en el Facebook de Bomberos Voluntarios)