Qué es el ayuno
El término “ayuno” tiene distintas acepciones. Existe el “ayuno religioso”, que es el que se practica en algunas religiones en todo el mundo; existe el ayuno resultante de algún impedimento físico (lesión en la mandíbula, por ejemplo); y está también el ayuno forzado por falta de disponibilidad de alimento, como ocurre cuando una persona se pierde en la montaña y no tiene qué comer.
El “ayuno terapéutico”, en cambio, es una opción médica que emerge como una herramienta efectiva para el tratamiento de ciertas enfermedades, como por ejemplo la obesidad. Este, a diferencia de los anteriores, se sustenta sobre indicaciones médicas muy concretas para pacientes que cumplan con los requisitos necesarios para su aplicación.
Para ser más concretos, el ayuno terapéutico es utilizado en personas con sobrepeso que se han sometido ya a varios tratamientos de descenso de peso y no han logrado controlar su enfermedad. Su aplicación está indicada en aquellos casos en los que el descenso de peso es urgente, ya sea por haberse producido en el paciente una descompensación en su hipertensión arterial, o al haber surgido un problema severo de artrosis, o al haberse detectado una crisis de apnea del sueño que ponga en riesgo su salud inmediata. En otras palabras, el ayuno terapéutico es la opción más indicada cuando el tiempo apremia, y la baja de peso es imprescindible.
Cuidados para realizar un ayuno total
Antes que nada debemos entender que se considera “ayuno” a toda ingesta de alimentos menor a las 300 calorías diarias. Esto significa que el ayuno no es necesariamente la eliminación absoluta de alimentos, sino el consumo de una cantidad menor a las 300 calorías, ya sea mediante sólidos o líquidos.
Los ayunos requieren una supervisión especializada ya que si se interrumpe totalmente la ingesta y no se complementa con vitaminas, el organismo pierde proteínas a diario, debiendo obtener este componente de los músculos. Siendo el corazón uno de estos músculos, el mismo sufrirá una pérdida de proteínas que puede conllevar al riesgo de arritmias cardíacas mortales. Por ello es peligroso suprimir totalmente la ingesta de ciertas sustancias fundamentales como las proteínas, por lo que el ayuno sin indicación y supervisión médica puede dejar de tener todos los beneficios buscados, tornándose en un factor nocivo para la salud.
Este tipo de práctica, para ser segura, requiere supervisión ya que puede generarse:
-Pérdida de potasio. Al perder potasio, el cuerpo puede comenzar a padecer calambres o arritmias cardíacas.
-Baja en la presión arterial. Esto se da porque el paciente comienza a orinar más de lo habitual, y esto lleva a la baja de la presión arterial.
-Sensación de frío. Además de frío, el paciente siente debilidad por la falta de ingesta.
-Cálculos renales. El ayuno mal realizado produce ácido úrico, y esto puede dar lugar a la formación de cálculos si no se produce una hidratación adecuada.
Cabe aclarar, sin embargo, que todos estos efectos colaterales se eliminan si el ayuno es realizado bajo supervisión médica, suplementada, y en el marco de una institución seria.
De hecho hay que resaltar que por normas internacionales está totalmente contraindicado tanto el ayuno como cualquier dieta de menos de 800 calorías diarias en forma ambulatoria, y que estos tratamientos deben realizarse necesariamente en instituciones preparadas para tal fin.
La solución: el “ayuno proteico”
Dentro de la categoría de “ayunos”, existen los llamados “ayunos proteicos” o “proteinados”, que responden a la modalidad que utilizamos en Sanatorio Diquecito.
Estos ayunos son aquellos en los que a los pacientes se les restringe todo tipo de alimentos menos las proteínas, las cuales se suministran en una dosis muy pequeña pero suficiente para que la persona no se descompense, ni lleve a que sus músculos pierdan sus proteínas propias.
En un ayuno proteico bien diseñado, se provee al paciente por vía oral una cantidad de proteína de alto valor biológico. Esto se puede hacer a través de un preparado alimentario o farmacológico.
La persona ingiere un cantidad diaria de calorías inferior a las 300 pero, como decimos, de manera complementada, de tal forma de maximizar los resultados y reducir al máximo cualquier riesgo de complicación. A la par se indica actividad física restringida.
Este tipo de ayuno se está realizando en unas pocas instituciones importantes a nivel mundial, además de en Sanatorio Diquecito, como por ejemplo en España (Marbella) y en Alemania. Su utilización está ganando fuerza frente a las dietas convencionales, cuyos resultados son más lentos y no siempre la salud permite esta espera.
Pérdida total del apetito
La gran ventaja del ayuno proteico es que a las 24 a 48 horas de comenzarse, el apetito desaparece. Esto se debe a que el organismo comienza a producir cuerpos cetónicos como la acetona, sustancia que inhibe la sensación de hambre y lleva a la persona a sentirse muy confortable.
Otra de las grandes ventajas del ayuno proteico es que el 75% del peso que se pierde corresponde a grasa y no a líquidos o proteínas, como ocurre generalmente con las “dietas mágicas” que producen un rápido descenso de peso pero que sólo eliminan el 30% de la grasa. Esto es lo ideal.
Paralelamente, se disminuye drásticamente el colesterol malo, aumenta el colesterol bueno, y se estabilizan los niveles de glucosa.
Como resultado, se logra una pérdida de peso que va entre el 1,5 kilo a los 2 kilos semanales, pudiéndose alcanzar los 500 gramos por día. En definitiva, es un descenso un 30% superior al de otras dietas, en poco tiempo y con la gran ventaja de que principalmente se elimina grasa corporal.
Otros beneficios
Los siguientes son algunos de los beneficios del ayuno proteico:
- Produce un marcado y rápido descenso de peso.
- Se elimina una gran cantidad de grasa abdominal, que es la más peligrosa desde el punto de vista médico.
- El coeficiente intelectual también mejora. Hay pacientes que se sienten más despejados desde el punto de vista intelectual y con un mejor rendimiento.
- El paciente, en general, comienza a sentirse mucho más ágil, porque el perder peso rápidamente hace que la persona esté mucho más liviana.
- El colesterol bueno mejora y el colesterol malo baja.
- En personas con problemas de acné se produce una mejora en el cutis.
- La persona mejora su humor. Esto se debe a que se comienza a descansar mejor, a que el paciente se siente más liviano ya que tiene menos pesadez estomacal.
¿Quiénes pueden realizar el ayuno?
El ayuno proteico puede ser realizado sólo por personas que cumplan los siguientes requisitos:
- Tener entre 18 y 65 años de edad.
- No sufrir ningún tipo de problema cardíaco, renal o hepático.
- No padecer diabetes (insulino dependientes).
- No tener desórdenes psiquiátricos.
- No estar cursando un cáncer.
- Haber fracasado en dietas convencionales para bajar de peso.
En cuanto a los plazos, un ayuno terapéutico efectivo debe realizarse por un mínimo de 10 a 14 días; nunca menos. El tiempo máximo establecido puede llegar hasta las 12 semanas, pero sólo en casos de personas con un grado alto de obesidad, no en pacientes con menor tasa de sobrepeso.
Nuestro “ayuno proteico”
En Sanatorio Diquecito ofrecemos este nuevo programa a aquellos pacientes que cumplan con todos los requisitos previamente detallados.
La persona se instala en nuestra institución por un mínimo de 10 a 14 días, y durante ese tiempo realiza un ayuno totalmente suplementado y, sobre todo, supervisado por un equipo multidisciplinario de especialistas médicos de las áreas de Nutrición, Diabetología, Psiquiatría, Psicología, Educación Física y Fisioterapia.
En el margen del descenso de peso controlado y suplementado que se va logrando, la persona realiza entrevistas especializadas y análisis clínicos para detectar las causas de su sobrepeso, y recibe una serie de pautas que le permitan lograr una reeducación que le posibilite cambiar hábitos de vida y lograr resultados sostenibles en el tiempo.
El paciente debe entender que la obesidad es una enfermedad crónica, no transmisible; es decir que es una afección que no tiene cura. Por ello a partir del ayuno, éste debe comprometerse con el cuidado posterior en sus comidas, y con la realización de actividad física de por vida.
También debe entender que así como el ayuno actúa como un depurador, la comida industrializada, principalmente la que conocemos como “comida chatarra”, tiene compuestos químicos que generan adicción. Por ello será importante que el paciente, luego de su ayuno, se aleje de ese tipo de comida de manera tal de minimizar los riesgos de recaída.
Dr. Rubén Salcedo (MP: 17.181)
Director Médico de Sanatorio Diquecito