La madre de un chico de 16 años denunció ante la Justicia a un joven policía de haber golpeado brutalmente a su hijo durante un confuso operativo policial, mediante el que se pretendía esclarecer un robo domiciliario.
Tras haber efectuado la presentación judicial correspondiente en la Fiscalía de Instrucción de Feria, la mujer puso el caso en un abogado cordobés y se presentó en nuestra Redacción para hacer pública la acusación contra el funcionario policial.
Aparentemente, todo el violento episodio se habría originado luego de que una persona que fue damnificada por un robo diera datos a los efectivos sobre los posibles autores del mismo.
Y los policías, se equivocaron de personas.
Aunque claro está que, de haber detenido a los verdaderos ladrones, tampoco hubiesen justificado semejante accionar.
“Es tremendo lo que le hicieron a mi hijo Braian. Ya hablé con los jefes de la Policía, que me aseguraron que este muchacho no iba a volver a la calle por el momento”, expresó Sandra Elsa Castro en diálogo con EL DIARIO, al tiempo que presentaba una copia de la denuncia y una carta, que transcribimos a continuación, titulada “Otro abuso por parte de jóvenes uniformados”.
Crónica de una pesadilla
“Vengo a contar la verdad de los hechos. Soy mamá de un menor capturado, golpeado, ultrajado y acusado de un mentiroso y deshonesto robo en barrio Palermo.
Mi hijo salió a cenar un asado a casa de un amigo en dicho barrio. Al salir de la casa, terminada la cena, se dirige con sus amigos, en cuatro motos, a dar una vuelta, como siempre. Son interceptados por un patrullero y mi hijo, que se conducía en mi moto (una Honda 125 negra), llevando a un amigo consigo, por temor a que le quitaran la moto, se da a la fuga.
En esa circunstancia se produce una feroz persecución por parte de la Policía, estos mismos disparándoles y tirándoles el patrullero encima.
Mi hijo se cayó de la moto con el amigo (si no se caen, creo que los matan) y los aprehenden. Los esposan y comienza la tortura. Los tiran al piso y comienzan a darles patadas y a ahorcarlos.
A mi hijo lo hacen comer pasto mientras que a un amigo le pegan culatazos. En tanto, la agresión verbal no cesa.
En un momento le dicen que se van a tener que hacer cargo del LCD. Mi hijo, sorprendido y aterrorizado, pensaba que a esta altura de los hechos le habían puesto droga (LSD).
Los llevaron a la seccional. Nos avisan sus amigos y nos hacemos presentes. El cabo primero Pereyra me notifica de que mi hijo estaba detenido porque, presuntamente, había sustraído un plasma. Grande fue mi asombro, desesperación e impotencia, ya que somos padres presentes en todo momento y sabemos del accionar de nuestros hijos.
Firmo el retiro y por ignorancia no pido ver a los chicos antes. Grande fue mi sorpresa cuando los vemos con múltiples hematomas. Les habían pegado mal. Más tarde me reúno con los jefes de la Departamental y acongojados por la feroz golpiza me piden disculpas y prestan todo su apoyo no sólo a la familia, sino a mi hijo en particular. La plana mayor de la Policía son señores con mayúsculas y tengo la promesa de esclarecer el hecho desgraciado y desafortunado que nos tocó vivir.
Pido públicamente a la fuerza o a quien corresponda que separen del cargo por lesiones al policía Manuel Ferreyra, quien se ensañó con mi hijo y con su amigo.
Invito a todos aquellos padres que denuncien cada hecho de atropello por parte de la Policía. Hoy le tocó a mi hijo, mañana puede ser el suyo. No nos dejemos maltratar por jóvenes policías que se piensan que por vestir uniforme, llevar placa y cobrar el sueldo que todos nosotros les pagamos, en pos de bregar por nuestra seguridad y la de nuestros hijos, deliberadamente hagan abuso de la autoridad”.
S. E. C.
DNI: 17.671.348