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Un grupo de alumnos recorre el predio de la Estancia Yucat, ámbito donde especies silvestres y el bosque nativo son común denominador |
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Cuando en febrero la secretaría de Ambiente provincial presente los programas que tienen pensado implementar en Villa María, probablemente el nombre de la Estancia Yucat suene como uno de los espacios naturales con todas las condiciones para recibir más protección oficial.
Abona esta idea el dato de que en el paquete de medidas ambientales previstas a ser lanzadas en la ciudad y región por la dependencia que conduce el villamariense Raúl Costa, uno de los proyectos contempla la selección de lugares para transformar en áreas protegidas.
Sin embargo, la presencia de cazadores furtivos y otros depredadores humanos ponen en peligro el magnífico hábitat natural con sus conductas.
"Los dueños del establecimiento protegen el lugar pero siempre existen cazadores irresponsables que arriban a esta zona", manifestó la licenciada en Ciencias Biológicas Cristina Rozzi Giménez.
La profesional que trabajó en una empresa agropecuaria y además es docente del Profesorado de Biología agregó: "Cazar algunos ejemplares antes no ocasionaba grandes problemas a las especies pero en la actualidad la dramática reducción del hábitat ha disminuido las poblaciones silvestres".
"La caza y entrampado por parte de inescrupulosos individuos pone en riesgo a la vida silvestre, lo mismo ocurre con la tala de árboles", puntualizó la especialista.
Vale destacar que desde hace varios años se está trabajando en Yucat para promover la conservación de este reducto.
Una de la tareas fundamentales es la educación y se reciben un gran número de escuelas que llegan para conocer la estancia y recibir las charlas sobre flora y fauna autóctona.
"Nuestro objetivo es la preservar la superficie de bosque nativo que aún se conserva a tan sólo algunos kilómetros de Villa María. Son más de 300 hectáreas de algarrobos, chañares y espinillos que brindan refugio a una gran diversidad de fauna silvestre", explicó Rizzo.
Sin embargo y a pesar de la voluntad y compromiso de la gente del lugar, los organismos gubernamentales deberían tener más en cuenta a Yucat y su entorno, apoyando y colaborando en el cuidado ambiental.
Cabalgatas y caminatas por el bosque
Correspondiendo con su formación, la bióloga y un grupo de colaboradores apuestan a la educación para revertir las funestas expectativas que mundialmente se esperan para el Medio Ambiente.
"En Yucat recibimos familias y contingentes. Realizamos cabalgatas y caminatas al bosque con reconocimiento de árboles y fauna autóctona”, comentó la docente.
“A través de una propuesta de ecoturismo tratamos de acercar a las personas a lo que alguna vez fue toda esta región incluida Villa María: grandes extensiones de bosque de Espinal", recordó para después acotar: “En la actualidad la zona se transformó en importantes extensiones de llanos y sólo algunos árboles solitarios”.
“Creo que sería interesante que la comunidad de Villa María y alrededores supiera de la existencia de este lugar. En la actualidad hay mucha gente interesada por la conservación del medioambiente”, concluyó Rozzi.
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