-¿Cómo ve la campaña agropecuaria 2012/13, que comenzó un poco floja con el trigo y parece buena para los granos estivales y pasturas?
-La Argentina necesita imperiosamente de una cosecha de volúmenes récord, o sea, pasar las 105 millones de toneladas de granos y todo indica que se logrará. Esa producción, con los precios actuales y a futuro, sería una cifra equivalente de exportación aproximada a los 36 mil millones de dólares, pero como de ello se exporta el 75%, el valor exportable superaría los 28 mil millones de dólares, lo cual nos pondría como récord en commodities agroindustriales.
A ello se le deben añadir las exportaciones de cultivos regionales como maní, arroz, fibra de algodón y poroto, más otros menos importantes en volumen, como arveja, lenteja y garbanzo.
También se exportan leche en polvo y productos lácteos, carne bovina y de pollo (esta última con gran crecimiento). En los últimos tres años se está exportando alfalfa, como heno y pellets y las ya tradicionales e importantes exportaciones citrícola/frutícola, donde se destacan limón, pera y manzana que junto a la exportación de alto valor agregado que hace la cadena vitivinícola, conforman un país que produce y alimenta a 400 millones de habitantes en el mundo. La cadena apícola también ha crecido mucho y seguirá creciendo en exportaciones.
En resumen, el final del invierno y la primavera de 2012 produjo excesos de agua en Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos y eso generó condiciones favorables para las enfermedades de trigo y cebada, pero a fin de año el clima mejoró y permitió sembrar en casi la totalidad del territorio sembrable y el agua acumulada en el perfil ha posibilitado una buena evolución de los cultivos estivales y pasturas y un prometedor futuro productivo en el corto plazo. Una buena campaña 2012/13, tal cual lo pronosticaban los técnicos especialistas del sector climático; los productores respondieron bien, concretándose hasta ahora lo previsto en cuanto a calidad de implantación y manejo.
Algunos productores pueden señalar que en su zona están en plena sequía, es cierto, hay pequeños bolsones de sequía en el país y así es el año “Niño”, mucha agua en el 80% del área y 20% con sequía, irregular comportamiento climático. Con estos pronósticos el consejo para el otoño es no demorar el inicio de la cosecha y tomar todos los recaudos de almacenaje de grano y forrajes.
-En el aspecto productivo, ¿dónde ve las mayores vulnerabilidades de los sistemas productivos predominantes?
-Entre los aspectos productivos más vulnerables y preocupantes están la permanente desaparición de puestos de trabajo en el campo argentino relacionados a la producción primaria de granos, a causa del cambio de escala y la creciente figura del productor rentista, y el otro aspecto es la caída de la fertilidad de los suelos.
La Argentina debe cambiar evolutivamente la secuencia de cultivos (65% del área pampeana con soja), el trabajo debería estar centralizado en mejorar la industrialización en origen y transformación de los granos de cultivos alternativos a la soja; por ejemplo, por mencionar a los cultivos insignia que mejoran la estructura del suelo, el maíz y el sorgo. El bioetanol a partir del grano de maíz o sorgo es una gran oportunidad de hacer rentables estos cultivos con el valor del etanol/corte.
El maíz y el sorgo realizan un gran aporte de carbono al suelo, dejan una excelente cobertura y también una excelente masa de raíces estructurantes de suelo. A ello se le debe añadir que una planta de etanol de 220 mil toneladas de procesamiento de grano, ocupa 90 puestos de trabajo directo más 72 mil toneladas de DDGS, un excelente alimento concentrado seco de 28% a 30% de proteína para hacer más competitiva la ganadería de leche o de carne de la zona (60 mil novillos), por ejemplo. Pero el DDGS puede formar parte de raciones de producciones porcinas y aviar con excelentes resultados, lo que implica generación de mucho trabajo multiplicando el desarrollo local.
Dato: si los argentinos procesáramos para etanol 2 millones de toneladas de grano de maíz, dejaríamos de importar nafta y eso significa sólo una inversión de 500 millones de dólares, un 17% de lo que se invierte anualmente en camionetas en la Argentina. Estos datos indican que el nuestro es todavía un país potencial en muchos procesos agroindustriales, bioenergéticos, agroalimentarios y eso deja a todos comprometidos a trabajar para que sea realidad cuanto antes.
Fabricar plantas de etanol en la Argentina también demanda muchos puestos de trabajo, el compromiso social es de todos.
Fabricar plantas de alimentos balanceados, granjas, establecimientos de producción de cerdo, tambos estabulados, frigoríficos, industrias lácteas; también significa crear empleo agrometalmecánico local y una alternativa de reconversión de alguna industria de máquinas agrícolas.
¿Es real la competencia entre alimentos y combustibles?
-Dado que el maíz y el sorgo son dos granos con destino de producción animal, ¿usted no teme que algunas personas piensen que al transformarlo (biocombustible) en etanol, se compita con los alimentos?
-Frente a esto hay varias respuestas, ya que la Argentina entre maíz y sorgo produce más de 32 millones de toneladas de grano y exporta más de 10 millones de toneladas, por lo tanto con dos millones de toneladas para etanol sería afectado sólo el 20% de las exportaciones y el 6% de la producción y en 2020 la Argentina debe producir 40 millones de toneladas de maíz y unas siete a 10 millones de toneladas de sorgo.
Por otro lado, la Argentina debe dejar de exportar maíz y sorgo como grano y agregarle valor en origen mediante plantas de molienda húmeda, molienda seca (alimento humano), alimentos balanceados y 60 productos industriales a partir del maíz. En el caso del sorgo es similar el camino industrial en origen, este es el único camino de estos cultivos para competir con la soja, que hoy es más rentable y fácil de producir y como la debemos seguir produciendo para que sea sustentable, deben coexistir en la secuencia de cultivos maíz, sorgo, trigo, cebada, cultivos capturantes de carbono y buen sistema radicular y con mucho potencial de industrialización y transformación en origen.
La sustentabilidad de los sistemas productivos incluye al suelo, a los puestos de trabajo en origen, la equidad distributiva, el desarrollo local y regional y también los aspectos económicos que, como se sabe, la soja aporta y mucho, pero puede aportar más si se incrementa su industrialización en origen y se la comienza a analizar más allá del aceite y harina proteica para pensar en los 60 productos que el mundo produce a partir de nuestras exportaciones.
El valor agregado en origen es una materia pendiente de todos los argentinos y ya se comenzó a estudiar para aprobarla en 2020.