El living de su casa en calle Colabianchi se ha convertido en una verdadera cabina de disc jockey: una bandeja de vinilo, compacteras, parlantes verticales, consolas parpadeando luces verdes y rojas y un mueble repleto de CDs originales. Sin embargo, para su esposa Vero y sus nenes, se trata del living más normal del mundo.
En medio de los temas que Federico va enganchando con paciencia zen, la familia cena pizza con gaseosa en una paz inusual de sonido digital. Por los parlantes suena U2, Tom Petty, The Cure, Iggy Pop, INXS. “Mirá la pantalla -me dice Federico mordisqueando un pedazo de mozzarella- en este momento tengo 7 oyentes por streaming. No es mucho, pero desde las 10 de la noche ya estamos saliendo por la FM 103.7. ¡Y andá a saber cuánta gente nos está escuchando por el dial!”.
Esa maravillosa incertidumbre también fue el alma de las primeras FM del país. “¿Cuánta gente nos estará escuchando?”, se decían todas. Pero daba igual que fueran diez o que fueran mil personas, porque ese auditorio no era casual; eran almas que en la noche estaban sintonizando ese faro desde el cual salían las nuevas canciones. Desde entonces, el público de una FM dejaba de ser un conjunto aislado de individuos para convertirse en grupo anónimo de amigos y auditorio selecto. Y ese concepto aún seduce a Roach con el mismo ímpetu de su primera juventud.
Con el sello de las viejas FM
Federico no sólo ha convertido el living de su casa en cabina de disc jockey, sino que también ha dejado su impronta en la pinturería de su suegro en la que trabaja desde hace 10 años. De hecho, el local tiene el audio de un fabuloso boliche. Y la música proviene, como no podía ser de otra manera, de su radio sonando en streaming entre los tachos de látex con una fidelidad prodigiosa.
“En realidad, la radio nace como una necesidad mía de escuchar música en la pinturería y compartirla con los clientes. Pero con el tiempo la cosa se fue ampliando hacia más oyentes. El boca en boca ha sido fundamental.”
- ¿Por qué ya no se escuchan canciones como en los ´80?
- Porque las radios fueron eliminando la función del operador, que es el que te define el estado de ánimo. Y yo intenté devolver esa función. Podés escuchar lo que querés y a la hora que querés sin necesidad de soportar una radio que te reviente la cabeza con tandas.
- ¿Cuál es tu meta como operador?
- Yo no busco formar opinión, sólo estoy para hacer compañía. Hacé de cuenta que me quedé 25 años en el tiempo no sólo por el modo de hacer radio que tengo sino porque sólo paso música de los ‘60 a los ‘90. Lo actual no me interesa.
- ¿Qué gente escucha tu programa?
- Gente de 35 años para arriba, porque los chicos no tienen la costumbre radial. En mis tiempos, la radio lo era todo. Escuchábamos un programa donde el locutor hablaba en el mismo lenguaje que nosotros y nos contaba sobre los nuevos discos, los recitales, las entrevistas.
- ¿Y ahora?
- Ahora eso se perdió. Si un chico escucha que hay una banda que se llama Deep Purple, por ejemplo, se baja 10 discos en dos minutos, los guarda, pero no los escucha. En cambio, si en la radio alguien te presenta el grupo y hace el trabajo humano y artesanal de difundirlo, el grupo te llega de otra manera.
- ¿Y por qué los chicos ya no escuchan grupos como Deep Purple?
- ¡Porque no los difunden en las radios! Es así de simple. Pienso que se debería bajar un poco el flujo de música popular del día. No digo que esté mal que pasen cumbia o cuarteto, pero me parece una locura que los chicos de hoy no conozcan quien fue Ozzy Osbourne, AC DC, Jim Morrison o Joy Division. O peor aún, que no sepan quien fue Miguel Abuelo o Virus.
“Las radios se volvieron un arma política”
- ¿Cuál es tu criterio para armar los programas?
- Pongo música de acuerdo a mi estado de ánimo. Por ejemplo, si amanezco melancólico o el día está gris, hago bloques lentos. Y lo que voy a poner a la noche lo promociono a la tarde para que quienes me escuchan ya sepan. El horario más especial es de 11 a 12 de la noche, después que ya comieron o volvieron de hacer algún deporte. Y entonces los tengo tranquilos para disfrutar de un momento único.
- Como las FM de antes…
- Claro. Pero yo noto que las FM van desapareciendo de a poco y que la AM vuelve a tomar auge. ¡Imaginate que ahora la AM sale por FM! Y como las FM no tienen buenas programaciones, se están yendo para abajo. En un futuro cercano, yo quiero que mi medio digital sea una FM como las de antes. Es mi sueño.
- ¿Qué fue lo que pasó, según vos, para que las FM llegaran a este punto?
- Simple: que la radio dejó de ser un medio de comunicación para volverse un arma política. Lo estamos viendo a diario. Están las radios a favor del Estado y las que están en contra del Estado. Y ambas dicen lo que les conviene o no les conviene de acuerdo a lo que reciben o no reciben. Hoy se ha perdido la frescura de hacer radio que había antes. Y esa frescura es tener un equipo humano al cual le pagás para que te haga un buen trabajo, te arme programas, te opere, y le dé buenas cosas al público.
Iván Wielikosielek