La música de la película "Romeo y Julieta" del director italiano Franco Zeffirelli se constituyó en uno de los LP de mayor éxito entre todos los lanzados al mercado del mismo género vendiendo un millón de copias en todo el mundo. Fue publicado en octubre de 1968 y se mantuvo en las listas de éxitos de la revista especializada Billboard durante un año. La obra musical, es una de las más populares del legendario Nino Rota (connacional de Zeffirelli), que la compuso cuando ya se había convertido en famoso por su trabajo en "La Dolce Vita" (La Dulce Vida), del también italiano Federico Fellini, y siendo responsable también de la musicalización de "El padrino", del prestigioso director Francis Ford Coppola (Detroit, 1939). La banda sonora completa de "Romeo y Julieta" resultó un trabajo que tuvo una duración de 114 minutos, en los que se incluían diálogos del filme, además de la obra musical de Rota. La canción más conocida del larga duración es la titulada "Farewell love scene". Esta misma composición la grabó al año siguiente (1969) como "Love theme from Romeo and Juliet", el también director italiano Henry Mancini, llegando a ocupar el puesto Nº 1 en su lanzamiento al mercado musical, en formato de disco simple. Durante la década que nos ocupa principalmente, la obra titulada como "The theme love of Godfather" (tema de amor de El padrino), también del mismo Nino Rota, tuvo el pulido aporte de una de las mejores voces románticas de aquellos años, la de Andy Williams.
Entre los trabajos posteriores del propio Rota, figuran las bandas de sonido de las películas "Amarcord" de Fellini y "Waterloo" del director de origen ucraniano Sergei Bondarchuk, quien con sólo 32 años se convirtió en el actor soviético en conseguir la máxima distinción, la del “artista del pueblo ruso". Romeo y Julieta cobraron vida en el cine en la piel de dos nóveles intérpretes del celuloide por aquel entonces, la argentina Olivia Hussey (Buenos Aires, 1951) y el inglés Leonard Whiting, (Londres, 1950).
“El fugitivo” por Canal 2
A la hora de elegir una serie para la TV, sobre muchas exitosas, particularmente me quedo con la que surgió del intelecto del realizador de Estados Unidos Roy Huggins, que se mantuvo vigente durante 4 años (1963 a 1967 en su país de origen).
En nuestra ciudad, el viejo Canal 2, la proyectaba los viernes de 21 a 22. El gran protagonista era David Janssen (como el doctor Richard Kimble), un conocido pediatra de Indiana, acusado del brutal asesinato de su esposa. Juzgado y sentenciado a perpetua, el azar lo convirtió en un eterno hombre en fuga. Este médico en la ficción, comienza a partir de ese dramático momento, una fuga incontrolable y sin rumbo fijo escapando de la persistente persecución policial. Recorre todo tipo de geografías en su afán por encontrar al verdadero asesino de su esposa, del que sólo sabe que es un hombre manco. Para destacar, la inquebrantable voluntad de su principal perseguidor, el teniente Gerard (en la piel del actor Barry Morse). Este argumento estuvo basado en un hecho real, pero a esa parte la dejo para la próxima entrega.
Atilio Ghezzi
Especial para EL DIARIO