Sacrificarse para “volver a ser”, pensar en positivo y no dejar de trabajar. Esa es la consigna de Alumni, después de perder en Salta. Pero nada es nuevo para Nahuel Caler.
No hace falta que le cuenten al defensor villamariense lo que significa pelearla. El sábado, ante Gimnasia y Tiro, volvió a jugar después de diez meses de inactividad y dejó atrás todo el sufrimiento que padeció por una operación en los cruzados, hecho que hizo replantear su futuro.
“Fue muy duro; estuve casi diez meses sin jugar un partido, pero digo que esos diez meses no fueron un tiempo perdido, los utilicé para ponerme bien y pensar siempre en el partido que jugamos el sábado”, comentó ayer el propio Caler, consultado por EL DIARIO sobre este regreso tan buscado.
“Creo que estoy dando lo mejor de mí, como lo di en estos meses para poder ser titular; el técnico me dio la confianza, la titularidad, así que quiero demostrar que estoy a la altura de poder jugar”, remarcó.
A pesar que algunos se empeñan en querer mostrar el “sufrimiento” de otros jugadores del club que decidieron irse, la historia reciente de Nahuel fue la más difícil y, sin embargo, el jugador le puso el pecho.
“Me operaron de los cruzados, fue en un tiempo donde te pasan muchas cosas por la cabeza; en lo primero que pensé fue en dejar el fútbol, pero gracias a mi señora y a mis viejos, que siempre me ayudaron, pude volver”, contó. Y añadió: “Mi señora tuvo que salir a laburar horas extras para poder vivir en una época muy difícil en el club, pero estoy agradecido a ellos, que son gran parte de esta recuperación”.
Además, recordó y destacó la labor de los kinesiólogos Pablo Cuba y Ezequiel Beliera, como así también del “profe” Ezequiel Acosta (estos últimos dos, del Jockey Club Villa María, quienes trabajaron en la rehabilitación.
“Tomé esto como un tiempo nuevo que me toca vivir después de tantos meses sin jugar”, puntualizó el central, devenido en lateral. Y sostuvo: “Quiero dar lo mejor de mí y sumar para el equipo, sumar para el club porque todos queremos salir adelante y lo vamos a lograr porque estamos trabajando bien y tenemos un buen equipo”.
“Nos fue mal en Salta, perdimos, pero nos volvimos con cosas positivas también. Le sacamos la pelota en gran parte del partido al puntero de la zona, tuvimos situaciones que no pudimos concretar. Hay que seguir laburando porque tenemos cosas buenas más allá de los últimos resultados”, añadió.
Mentalidad
Alumni es un club que todavía tiene mucho por crecer, con problemas para sostenerse en el profesionalismo. Y Caler, que ya conoce el paño, se acostumbró a ello y sabe que “hay que pelearla siempre”.
En ese contexto, la mentalidad para soportar las vicisitudes fue fundamental en su vida como jugador fortinero.
Hoy, con 24 años y luego de diez meses sin jugar, el jugador no cuestiona a quienes se fueron, pero se pone en la vereda de enfrente cuando se habla al respecto.
“Acá veo algunos chicos del club que suben a entrenar con el plantel superior y quieren ir a arreglar los sueldos rápidamente; la verdad que no es así. Si querés triunfar en el fútbol, Alumni es una gran vidriera, aunque no creo que te vayas a salvar económicamente jugando acá”, advirtió.
“Yo debuté a los 19 años en el Argentino A y, de ahí en más, me mentalicé que quería jugar al fútbol. Y para eso hay que bancarse muchas cosas porque te pasa mucho por la cabeza. En ese momento sos chico y tenés que dejar cosas de lado, dejar la joda con los amigos porque los fines de semana tenés que estar concentrado para el domingo o estar arriba de un colectivo para viajar con el plantel”, recalcó.
“Es difícil, pero cuando uno se lo propone, con mucho sacrificio, se puede llegar; esa es mi idea”, agregó.
Además, indicó: “Es obvio que te cuesta más cuando sos de la ciudad, querés al club y a lo mejor viene un jugador de afuera por seis meses, cobra y se va, pero acá en Alumni se puede estar bien y no hay que pensar en irse rápido. Si te mentalizás y triunfás acá, después podés pensar en irte, pero primero hay que poner la cabeza en andar bien acá. Esa es mi forma de pensar y mi forma de ver a Alumni”.
“Lo demás es todo a pulmón, acá todos sabemos cómo es Alumni, entonces el que venga debe saber que el club tiene sus limitaciones y pelea contra grandes, pero no hay que desmotivarse contra ello, sino mejorar día a día, contagiar adentro de la cancha y las cosas se van a lograr porque en el club hay gente que está sumando mucho”, resumió.
El momento
En cuanto a los resultados, el año no arrancó bien para Alumni, ya que la derrota propia y los resultados ajenos hicieron que fuera alcanzado por Racing de Córdoba en la última posición de la tabla.
Caler sabe que la situación es difícil, pero contagia optimismo.
“Se dio así, ahora hay que meterle para adelante porque la clave para salir de esto está en nosotros mismos, sin mirar a los otros. Tenemos que mentalizarnos porque sabemos que podemos”, aseguró.
“Es el momento de sacar la rebeldía de adentro, mostrar personalidad y darle para adelante porque no hay tiempo para mirar para atrás ni para lamentos. Quedan doce partidos en los cuales hay que sumar y poner lo mejor, sin lamentos ni nada por el estilo”, añadió. Y completó: “Esto es laburar día a día, dejar todo en cada entrenamiento y en cada partido, pero estoy tranquilo porque hay un muy buen plantel y un muy buen grupo”.
De Salón
La lluvia que cayó entre la noche del miércoles y ayer por la mañana complicó el estado del piso del predio del club, por lo que todo el plantel debió trasladarse al Salón de los Deportes para entrenar en la víspera.
El cuerpo técnico diagramó entonces otro tipo de trabajo, con fútbol reducido, y recién hoy el entrenador Héctor Arzubialde podrá pulir algunos aspectos tácticos, tal como tenía pensado.
El DT, mientras, analizará quién será el remplazante del central uruguayo Ignacio Amarilla, quien fue expulsado el pasado sábado, en Salta, y deberá cumplir una fecha de suspensión.
Alumni jugará por primera vez en el año como local el próximo martes, a las 21.30, en Plaza Ocampo, ante San Martín de Tucumán, uno de los grandes de la categoría, en partido que arbitrará el chaqueño Miguel Mazzón.