Después de varios meses de tratar de sortear la situación crítica, la empresa láctea Noal, ubicada en Villa Nueva, decidió prescindir de 12 trabajadores, que son los últimos contratados por la firma.
La medida extrema se tomó debido a la baja de la producción, según dijeron fuentes que mantuvieron contacto con la usina láctea y a la demora en poder concretar la planta de secado de leche.
Desde el gremio de los trabajadores lácteos (Atilra), confirmaron la noticia indicando que "Noal se comprometió a retomar a los mismos empleados despedidos una vez que pueda poner en marcha la planta de secado", dijo Pedro Fernández, secretario general.
"Estamos muy preocupados porque la situación en el sector es crítica. Las empresas que exportan están teniendo dificultades, dado que el valor de lo que venden en el exterior es inferior al precio que comercializan los lácteos en el mercado interno. A esto lo pueden soportar las grandes empresas, pero las chicas y medianas no", indicó.
A eso se suma la baja de producción por la cuestión climática, a lo que hay que agregar que los tamberos no hacen inversiones porque sostienen que es insuficiente lo que están percibiendo por litro.
Fernández destacó que Noal es una de las empresas que viene invirtiendo y aumentando la planta de personal, con la perspectiva que tenía el sector hace un año y medio atrás.
"En 18 meses, la empresa contrató a 86 trabajadores nuevos, sumado a los 120 que ya tenía. Eso lo hizo en el proceso de inversiones que estaba desarrollando para instalar la planta de secado", señaló.
Como la planta aún no se concretó y mermó en 180 mil litros la leche que procesa Noal, empezaron a buscar alternativas sin afectar el salario del personal. Una de esas opciones fue adelantar las vacaciones, pero la situación crítica persiste y hay turnos enteros que no tienen leche para procesar. Y ya están todas las licencias adelantadas.
"Nosotros tenemos esperanza de que se revierta este estado crítico. La esperanza, en oportunidades anteriores ha dado sus frutos y seguiremos apostando al desarrollo del empleo, especialmente en las empresas chicas, que son la mayoría en nuestra región", concluyó Fernández.
Descuidados dueños de mascotas
Un lector se comunicó con la Redacción para dar cuenta que el miércoles último, cerca de las 20, fue mordido por un perro que estaba en la vivienda de Santiago del Estero al 1448.
Según el vecino, el can asomó sus fauces a la calle, merced a que el espacio de las rejas de una ventana se lo permite.
“Afortunadamente sólo me generó un pequeño corte, nada considerable, pero creo que la situación vivida me hizo reflexionar sobre qué pasaría si el perro sin control muerde a un niño”, dijo. Además, los dueños de la casa o no estaban o no atendieron al timbre de la víctima de la mordedura.
“Concretamente mi pedido es que no dejen estar más al perro en ese lugar de la casa, para evitar una desgracia”, concluyó el vecino.
Una reflexión final: los perros no son buenos ni malos. Están cuidados o descuidados.