Nadie duda ya que el joven Abel Pintos es un número de cabecera, que convoca y colma estadios completos. Por ello, a seis meses de haber actuado en Villa María, el artista regresará para participar de la noche del Festival que más rápido se ha agotado.
¿Qué diferencias tendrá el show que brindarás en el Festival con el que ofreciste el agosto en el Teatro Verdi?
- Vamos a presentar de nuevo “Sueño dorado” ya que las entradas se agotaron tan rápido el año pasado que no pudimos agregar una función. También vamos a repasar “Reevolución” que lo tocamos pero que no lo presentamos en Villa María.
¿Cómo cuidás tu voz con el trajín actual de shows?
- Todos estos años he venido trabajando en ello, con un estudio vocal que me permite hacer cincuenta conciertos en tres meses. Soy una persona muy metódica y responsable. Paso una cantidad de horas por día en silencio para relajar músculos de la laringe y la garganta y me cuido en las comidas porque pueden producir ácidos que provocan reflujo. Además me entreno físicamente.
¿Tenías intenciones de cantar con Rosana?
- Tenemos productores amigos y los dos queríamos congeniar en escena. Tenemos una química muy especial y cuando nos conocimos parecíamos amigos de siempre. Me hubiera encantado tocar en Villa María, pero se dará en otra ocasión.
En tus conciertos te referís mucho al aspecto espiritual. ¿A qué se debe?
- Espiritualmente soy una persona muy bien contenida. Pero también creo que todos estamos descubriendo que somos un espíritu, que tenemos su mensaje para dar. A veces me preguntan “¿sos muy espiritual?” y yo le digo que es lo mismo que preguntar si “sos muy humano”. Es parte de nuestra integridad, como la intelectualidad y la fuerza física.
¿Te ves formando una familia dentro de diez o veinte años?
- Creo que tengo que cumplir mis sueños en lo profesional y algunas metas personales antes de entrar en otras estructuras que me permitan hacerlo. Pero sí, creo que podría concretarlo. Lo que no sé es si viajaría de gira con esposa e hijos como hago ahora con mi madre y mi hermano.