Una derrota con mayores consecuencias para lo inmediato sufrió Rivadavia, en un intenso encuentro jugado anoche en Bell Ville, donde Talleres marcó una mínima diferencia apenas iniciado el complemento y así trepó en soledad a la cima de la Zona 5.

El acierto de Lucas López Ruiz, a los tres del segundo tiempo, determinó una victoria ajustada del local frente a un Rivadavia que, además de resignar la cima y más allá del empeño que demostró para gestar el empate, se dejó llevar por el impulso y nerviosismo y fue así que perdió tres hombres para la “revancha” frente al mismo rival, dentro de siete días.

Un cotejo accidentado de principio a fin resultó lo vivido anoche en cancha de Central de Bell Ville, en el cual se pudo ver, después de un primer tiempo opaco, algo más de actividad concreta cerca de las áreas en el complemento.

No obstante, el vibrante encuentro -por ambos se entendió como una final- resultó en muchos segmentos chato, de intensidad improductiva y que, dentro de ese panorama, hizo negocio el que tuvo un acierto, justamente, en su mejor momento del partido.

El “Verde”, en tanto, insinuó más de lo que concretó. Por lo que, más allá del ímpetu, esfuerzo y esa ambición futbolística que buscó mostrar, le resultó muy espinoso inquietar al siempre seguro Montiel, idea que, además, se le dificultó en demasía en el complemento.

En la pelea del mediocampo, Berterame -su mejor cotejo en lo que va del torneo- le brindó el sostén necesario para apagar rápidamente el impulso que quiso brindar Talleres. Y fue así que todo resultó en la zona media. En dicho sector, ambos ganaron y perdieron y, por lo tanto, ninguno se hizo de la pelota, hecho que le restó claridad al partido y actividad en ofensiva (se apeló mucho a los envíos largos y a dividir el juego).

El local buscó, tras armarse fuerte defensivamente con el cuadrado que conforman su dupla central y el doble cinco, inquietar con réplicas veloces, visualizando cierto desfasaje en el retroceso visitante. No obstante, Gobbi no tuvo casi acción (salvo un corte al extremo cuando metió la mano, según el línea, fuera del área y por lo cual vio la amarilla).

Por lo que en un partido donde el clima del juego se fue acrecentando mientras el nivel siguió mermando, la creatividad se vio sólo por instantes.

Mucha concentración y rigidez para jugar cada pelota fue el denominador común de un trámite al que le faltó continuidad (constantes infracciones de ambos lados) y, por lo tanto, se vio una paridad absoluta.

No obstante, en el segundo tiempo, durante sus primeros instantes, se vio un ida y vuelta y allí el anfitrión logró su golpe letal.

Después de un disparo de Giménez al arco, Talleres respondió y cómo. Es que Ceballos captó un rebote y habilitó a López Ruiz quien, de media vuelta, sacó un tiro débil, pero elevado, que se metió por encima del arquero: 1 a 0.

Tras dicho gol, Rivadavia respondió a través de envíos aéreos con sendos cabezazos sin la peligrosidad necesaria de Márquez y Federico Depetris, pero era Talleres el que pasó a dominar el juego por la sapiencia de Matías Rodríguez con la pelota y la buena labor de Garrido para otorgarle buen destino al balón.

Con los minutos, el “Verde” asumió riesgos con las variantes, pero pese al empuje de Ferrer, no vulneró a un Talleres que supo sostener la ventaja con firmeza atrás, más allá de ciertas fallas en las marcas en pelotas paradas.

Y luego ya se le simplificó el trámite al elenco de Silvio Carrario porque el “Verde”, pecando de su nerviosismo y por equivocaciones propias, sufrió las expulsiones de Ponce, Rodrigo Santoni y Ferrer.

Más allá de quedar con ocho jugadores y ayudado con que el rival desperdició chances nítidas para “cerrar el partido” (el ingresado Cairo estuvo errático), luchó hasta el final pero sin gravitar a Montiel y entonces el árbitro, cuando se sucedían disturbios en zona de vestuarios, finalizó el cotejo para la alegría de un Talleres que, en un duelo clasificado de 180 minutos, lo tuvo como ganador.

 

Posiciones - Zona 5