El destacado cantante oriundo de Cruz del Eje subió tras el furor provocado por Sergio Dalma y el grupo local La Cantarola. Fiel a su propuesta, y después de algunos inconvenientes con el sonido, repasó su clásico repertorio y además dedicó un pasaje para homenajear a Leonardo Favio con “Ella” mientras en pantalla se apreciaron imágenes del ídolo recientemente fallecido (una donde se exhibía la sonrisa de ambos). En la ocasión, recibió del intendente Accastello una guitarra fabricada por el luthier local Germán Aprile, a modo de tributo por sus 40 años de carrera.
La segunda velada contó con ballet de apertura a la academia Flor de Ceibo, integrada por jóvenes de nuestra ciudad, Justiniano Posse, Bell Ville, Ordóñez, La Laguna y Córdoba. Con gran entusiasmo, despliegue escénico y una llamativa vestimenta, el elenco dirigido por los hermanos Marcos y Germán Macía, recrearon ritmos bien latinos con obras como “Ey Macalena”, “Aguanile”, de Marc Anthony, y “A pedir de tu mano”, de Juan Luis Guerra.
En la previa del sábado, la soprano villamariense María Gabriela Ferrero deslumbró, como lo había hecho el año pasado, con sus interpretaciones vocales. En la segunda velada, Ferrero recreó la versión en inglés de “Quién quiere vivir para siempre”, de Queen, y una excelsa entonación para hacer a dúo un pasaje del musical “El fantasma de la ópera”, junto al tenor Andrés Bertz. El desempeño del dueto fue tan destacado que logró arrancar los primeros aplausos del público que recién terminaba de acomodarse en las butacas.