Mientras en Córdoba, el Ministerio de Trabajo intentaba destrabar el conflicto entre AOITA y la empresa de Transportes Carlos Paz-Lumasa, en Villa María la protesta gremial se hizo sentir tanto en la Terminal de Omnibus como en el Centro de Transferencia.
A partir de las 15 de ayer, los choferes de los servicios interurbanos y urbanos comenzaron a detener los colectivos y adherir a la medida de “paro por tiempo indeterminado” definida por la conducción provincial de AIOTA y que finalmente se levantó después de las 21.30.
Más de diez unidades se encontraron varadas en la estación ubicada en Alvear y Sarmiento y otras tantas en el centro de avenida Alem.
Los choferes bajaron de los coches y permanecieron en el lugar a la espera de novedades.
“Es un paro en solidaridad con los trabajadores despedidos y estamos esperando que se resuelve en Córdoba”, afirmó a la periodista de EL DIARIO el delegado regional del gremio José Salgado.
Finalmente, la solución llegó y los servicios comenzaron a prestarse normalmente.