La demora en las pruebas de sonido provocó el estiramiento del inicio en la noche histórica del domingo (de lleno total) que luego debió “pagar” con un cierre tras las cuatro de la mañana. No obstante, y a pesar de que comenzaba un día laboral y la temperatura había descendido, casi un 90% del público se había quedado a esperar al ya consagrado Abel Pintos, incluso las fans “abelitas” con pelucas de colores en plateas VIP. El show contó con un repaso minucioso del disco “Sueño dorado” y algunas perlas de “Reevolución” (cuyo tema homónimo dio finalización a la velada), entre otras. Lamentablemente no se pudo concretar el encuentro con el solista local Fabricio Rodríguez quien minutos antes había brindado un show de alta factura, demostrando su increíble habilidad en la armónica (para estilos diferentes como balada, chamamé y tango) y buen manejo de escenario.
Fotografías: 1) Luciano Pereyra se prestó al juego de sus bailarinas
2) Fabricio Rodríguez
3) Pablo Cordero