Una palmera ubicada a un costado de su hogar simboliza sus 77 años de vida: su papá decidió plantar dos árboles (uno de ellos se secó, el otro permanece esplendoroso aquí en su patio) cuando Guillermo Peretti nació.
El caballero llegará el próximo 21 de marzo a sus vitales 78 años. Ayer, amable y risueño, recibió a EL DIARIO en su casa de calle Lisandro de la Torre, en el límite de Las Quintas con Los Olmos.
Junto a él estuvo presente Alba, su compañera de toda la vida.
Fue notable el amor que esta pareja siente por sus nietos y se evidencia que ese cariño es recíproco: hay dos cosas que saltan a la vista en esta residencia. Una son los centenares de medallas y trofeos que acaparó Guillermo de la mano del ciclismo (una de sus pasiones), la otra son los retratos de los hijos de sus hijos, con las leyendas "para los nonos". Ambas fueron exhibidas a este matutino en un recorrido por la casa.
Volviendo a la palmera, la especie "es testigo" de la vida de este hombre, quien nació aquí mismo, en la casa paterna que estaba al lado de la en que hoy vive, y que construyó al casarse.
Hace 44 años que las vidas de Guillermo y Alba se unieron. Fruto de este amor han nacido Julio César, Beatriz Alejandra, Daniela Gladys y Andrea Maricel. Y tienen cuatro nietos (tres varones y una nena).
Durante casi cuatro décadas, el jefe de hogar trabajó en la la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC). Su heredero pertenece a las filas del ente de energía, al que accedió en 1971, siguiendo los pasos de su progenitor. En tanto, la jefa de la familia es ama de casa. "Me gustan las manualidades. Me encanta tejer. Ya les dije que cuando me muera me ponen una aguja de croché", contó divertida.
Alba vivía en la otra punta de la ciudad hasta que sus corazones se enamoraron y decidieron unirse. Guillermo era parte de cuatro hermanos: tres varones y una mujer. Sólo vive un hermano. Confesó que perdió a su papá "de muy chico". Era verdulero y el ciclista tenía 15 años cuando el padre falleció.
Precisamente a esa edad, "hace 63 años", incursionó en el ciclismo, una actividad que marcó su vida más allá de un paréntesis que hizo por diez años. Hoy es subcampeón argentino en su categoría.
"Empecé en el año 50 y dejé en el 60 porque entré a la Guardia (de EPEC), estuve diez años ahí", explicó.
Su amistad con Francisco "Laucha" Abellonio, un apellido ilustre en estas Villas en lo que a ciclismo se refiere, lo motivó a subirse en este vehículo y edificar una gran pasión. Desde entonces ha participado en organizaciones y entes vinculados a este deporte.
"Gracias a esto me encuentro bien de salud. Entreno día por medio, durante dos horas y media. Y si bien me siento bien, me hago un control completo", develó.
Luego recalcó que el próximo domingo se desarrollará la primera fecha del campeonato cordobés. Se nota que Peretti, quien ingresa en los torneos en la categoría Master, tiene notable afinidad con el universo de las dos ruedas.
Sobre el barrio y a pesar de ser parte clave de su historia, no contó mucho, porque, advirtió, siempre ha sido un sector de tranquilidad y sin sobresaltos. "Tengo la vida normal de cualquier ciudadano y soy amigo de todos", subrayó con humildad.
Recordó cuando décadas atrás había todas quintas y hoy posee muchos servicios.
Sobre el final de la charla con este cronista, posó para nuestro fotógrafo junto a la palmera, que lo observó y acompañó a lo largo de sus casi ocho bien llevadas décadas.