El obispo de Villa María, José Rovai, confirmó ayer una primicia que había dado EL DIARIO en su edición del 9 de enero pasado: la Diócesis a su cargo ayudará a la de Añatuya. Esto derivará en cambios en la Iglesia local. Lo anunció en la víspera a los medios de comunicación.
En su despacho, dijo que "Añatuya es la zona más pobre de Santiago del Estero" y que necesita sacerdotes. "Nosotros estamos mucho mejor y hay que ayudar a los que necesitan", argumentó al explicar que un cura de este territorio se instalará en aquella provincia (ver Qué ocurrirá en Villa Nueva).
"La Diócesis villamariense es muy favorecida por Dios, desde lo económico y desde lo cultural. Estoy convencido de eso", señaló y citó el progreso de localidades como Villa María, Villa Nueva, Embalse, Leones, Marcos Juárez, Almafuerte y Cruz Alta. "Aquí la gente tiene muchas posibilidades, hay cuatro universidades en la ciudad y contacto con otras cinco", apuntó y añadió que "existe mucho espíritu de trabajo". Asimismo, detalló que "no hay pueblo sin escuela primaria y secundaria" y que existen muchos microemprendimientos.
Como contracara, Añatuya "es la zona más pobre y deprimida" de Santiago y tras dos años de conversaciones con el obispo de allá determinó enviar a un sacerdote.
Rovai decidió que se tome una parroquia santiagueña y que se la sostenga económicamente desde aquí. "Es una ayuda solidaria a una Diócesis que lo necesita", y va desde la "predicación del Evangelio" a lo monetario.
El alto dignatario de la Iglesia exhibió su beneplácito al encontrarse con el visto bueno de los sacerdotes locales. En las tradicionales reuniones mensuales que se realizan en la Casa de la Familia se analizó el tema y se encontró conque los curas apoyaron su idea, además de que varios se ofrecieron radicarse en aquella provincia.
Quien finalmente irá es Maximiliano Savoretti, de James Craik, tal como informó este matutino el 9 de enero de 2013.
"Se ofreció él mismo como también se brindaron varios. Tiene 9 años como sacerdote y es el más maduro en prácticas sacerdotales de todos los que se ofrecieron viajar. Lo hizo con mucha alegría y todo esto fue aceptado por todo el clero", valoró el purpurado.
"Para algo así necesitaba el apoyo de los curas. Yo no puedo mandar a uno si no se ofrece pero me encontré con la predisposición de todos. Añatuya es grande, extensa y no está poblada como esta zona. No hay mucha fuente de trabajo, no hay inversiones en ese sentido", precisó.
Para esta situación no se necesitó el permiso de la Santa Sede sino que surgió de un contrato entre dos obispos. Hay muchos antecedentes en el país.
"Río Cuarto tiene tres sacerdotes prestados a Neuquén. El arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio, tiene prestado en una Diócesis del sur. San Isidro también en otros puntos del país y misioneros en Cuba", ejemplificó entre otros casos.
Este cuadro lo llevó a recordar al primer obispo de la Diócesis local, Alberto Dean. "Fue un gran misionero, fundó 36 parroquias. Habrá habido 17 parroquias cuando él llegó. Fue un gran apóstol y recorrió mucho, no se le escapó nada", subrayó sobre el fallecido hombre que condujo la Diócesis durante dos décadas.
Monseñor confesó que con esta determinación adoptada también busca "crear conciencia de que la Diócesis no termina en lo que es Villa María" y afirmó que se necesitaba "realizar una acción concreta por aquella Diócesis".