Una situación realmente desagradable es la que están atravesando algunos vecinos de barrio General Lamadrid, más precisamente aquellos que habitan en cercanías de la intersección del bulevar Sarmiento y la calle Martín Fierro, lugar en el cual permanece en condiciones inhabitables una vieja casa en la que hace mucho tiempo funcionó una escuela. Las instalaciones edilicias se están derrumbando lentamente, lo que implica un serio riesgo para la gran cantidad de personas que por allí transitan día a día.
Desafortunadamente esa no fue la única razón que generó la protesta de los vecinos. El problema es que el terreno tiene un dueño, según apuntaron algunos vecinos del sector se trataría de Carolina Esper que, según ellos “0no se preocupara por dejar en condiciones el lugar” y que “prefiere tener mugre”. Con estas declaraciones apuntaron que allí viven varias personas y que el terreno se encuentra totalmente abandonado. “Hay cucarachas, lauchas y ratones. No podemos estar sentados en las veredas de nuestras casas y que los roedores nos pasen por entre medio de las piernas. Además a varios de nosotros las ratas que salen de allí se nos meten en nuestras casas y defecan por todos lados, en los hornos, en los muebles y hasta en nuestras camas”, expresaron aberrados. En alusión a esto una de las personas que conviven diariamente con estos inconvenientes manifestó que en contra de su simpatía tuvo que llevar un gato a su casa para intentar estampar a los ratones, pero que los mismos siguen apareciendo “por todos los rincones”.
También expresaron que en el lugar donde funcionaba la escuela se encuentra viviendo un indigente, según ellos “ubicado ahí por el dueño de una gomería de la cuadra, que metiéndolo a vivir ahí quiere asegurarse que algún día ese terreno quede para él. Ese hombre vive entre la ratas y encima de eso no tiene baño así que hace todas sus necesidades en latas que luego saca al patio y las quema, lo que genera un olor muy repugnante”, a lo que agregaron que “en otros de los galpones viven ladrones y que todo el tiempo hay movimientos raros y sospechosos”.
Finalmente, expresaron que “ante la falta de respuestas por parte de la dueña del terreno concurrieron a la Municipalidad en busca de respuestas, pero que nadie les solucionó nada. Al intendente Accastello le interesa mucho la costanera y otras cosas vistosas, pero de estas cosas no se encarga”.